Los celos enfermizos se activan aunque no haya razones

Los celos enfermizos se activan aunque no haya razones

Una relación monogámica no es más inmune al problema que una "abierta". Según afirma una terapeuta, son señales que indican un problema a resolver

LOS CELOS EN LA MITOLOGÍA. Vulcano descubre a su esposa, Venus, que lo traiciona en su propio lecho con Marte. LOS CELOS EN LA MITOLOGÍA. Vulcano descubre a su esposa, Venus, que lo traiciona en su propio lecho con Marte.
30 Agosto 2016
"Celos, ese dulce sufrimiento / que te quema a fuego lento / que me hace tu enemigo / Siento celos / y de ser un buen amante / me he convertido en tu sombra / en tu espía, en tu sabueso..."
La canción refleja poéticamente lo que sufre una persona atormentada por los celos. Una emoción que puede enfermar y es reflejo de algún problema psicológico que debe ser investigado, antes de que derive en actos de violencia. Es posible aprender a controlarlos, según explicó la psicoterapeuta Viviana Bilezker, que ofreció un taller sobre el tema en esta ciudad.   
La experta señaló que los celos son frecuentes y pueden aparecer en toda relación humana, no solamente de pareja. "Hay que ver cuáles son las condiciones para que aparezcan los celos", dijo. 
- ¿Tienen que ver con la falta de autoestima?
- Sí. Uno de los componentes que facilita que aparezcan los celos es la inseguridad y la autodesvalorización. Si yo estoy inseguro de una característica mía, es más probable que cele de quien la tiene (juventud o belleza, por ejemplo), especialmente si esa persona entra en contacto con alguien querido por mí.  Porque los celos siempre se dan en un triángulo afectivo. Si yo estoy en una relación de pareja y temo perder ese afecto por presencia de un tercero que tiene una característica que yo creo carecer, ahí se van a generar las condiciones para que yo cele. Porque se me va a activar la sensación de riesgo: estoy en riesgo de perder el afecto de mi ser querido. El triángulo afectivo no tiene necesariamente que estar integrado por personas. Yo puedo estar celoso del trabajo de mi pareja, de una mascota a la cual le dedica una atención que yo querría recibir. Puedo estar celoso de un amigo, de un hermano, de un compañero de trabajo...
- ¿Los celos se vinculan con el sentimiento de propiedad que tengo sobre alguien?
- Si tengo la creencia de que yo puedo ser todo para alguien, que puedo satisfacer todas las necesidades de esa persona, en algún momento voy a descubrir que eso no es cierto. Que nadie satisface todas las necesidades de otra persona. Si parto de la idea de que yo debería ser su única fuente de satisfacción, me va a ser muy difícil compartir a un ser querido con otra persona. Porque me va a ser muy difícil comprender qué necesidades le satisfacen otros, ya que entiendo que yo debería satisfacerlas todas, lo cual también es una exigencia tremenda sobre mí, porque nadie puede ser todo para alguien. A la vez es una exigencia hacia mi pareja: que sólo venga a mí cada vez que necesita algo. Esta pretensión de exclusividad es equivocada, por lo tanto propicia un sufrimiento.
- ¿La mayor movilidad que existe hoy en las relaciones de pareja favorece los celos?
   
- Es un desafío, por ejemplo en el caso de las familias ensambladas. Hoy es muy común tener un segundo o tercer matrimonio, hijos de diferentes parejas, y a la hora del encuentro, de compartir, hay que tener cuidado de manejar la situación de manera que nadie se sienta excluido ni abandonado ni desvalorizado.
- ¿Es posible que no haya celos en las relaciones abiertas, o en la práctica del “swinger”?
- Si los dos miembros de la pareja están de acuerdo con esa forma de relación, es una decisión que sólo ellos pueden tomar. El problema es cuando uno de los dos no está de acuerdo y la sufre. En realidad no hay ninguna forma de relación que por su forma misma propicie más los celos que otra. Una relación monogámica es potencial para celos, tanto como una relación abierta. Porque lo que define que se presenten los celos es una vivencia interna, no la forma externa que tome la pareja.
- ¿Hay celos normales y otros patológicos?
- Una de las cuestiones importantes para distinguir los celos normales de los patológicos, es descubrir cuál es la escena que ha detonado los celos. Si yo me estoy imaginando una situación que no sucede y eso me lleva a tener una reacción violenta con mi pareja o con la otra persona, estoy funcionando de un modo no saludable porque no me tocó ver nada. En cambio, si yo veo a mi pareja en una situación concreta que produce en mí celos, ya no son celos patológicos. Estoy ante una escena temida, que se está confirmando. Voy a sentir celos porque estoy ante una pérdida. En cambio, los celos patológicos se manifiestan ante un estímulo muy pequeño. Por ejemplo, una conversación telefónica. A partir de eso armo una historia, o tengo una reacción violenta, hasta llegar a matar, porque no puedo resolver internamente los celos o a través de una conversación franca con la pareja.
- ¿Cómo se puede "curar" alguien de los celos?
- La propuesta de este taller de celos se inscribe dentro de una propuesta más amplia, que abarca todas las emociones. El objetivo es aprender a procesar las emociones. Surge de un modelo, de un método terapéutico, que se llama autoasistencia psicológica. Fue creado por un psicoterapeuta argentino llamado Norberto Levy. Desarrolló una teoría y una práctica para el abordaje de las emociones. Básicamente, lo que se plantea es: las emociones son señales que indican la existencia de un problema. Los celos indican que estoy experimentando una sensación de riesgo de perder un vínculo. Si yo puedo captar la señal que los celos son, puedo trabajar el vínculo, qué es lo que lo define. Lo que hago con la señal es aprovecharla, tal como la señal en el tablero de un auto que me indica que falta nafta.
- Usted también dio un taller sobre enojo.
- Sí.Todas las emociones se conectan entre ellas y suelen venir todas juntas. El enojo indica una frustración intensa, importante, mientras que los celos advierten una sensación de temor ante el riesgo de una pérdida.
La diosa griega Hera (Juno para los romanos) fue conocida por su naturaleza celosa y vengativa, principalmente contra las amantes y la descendencia de Zeus, pero también contra los mortales con los que se cruzaba. Paris, quien la ofendió al elegir a Afrodita como la diosa más bella, se ganó así su odio eterno. Esa fue la semilla de la Guerra de Troya.
 

"Celos, ese dulce sufrimiento / que te quema a fuego lento / que me hace tu enemigo / Siento celos / y de ser un buen amante / me he convertido en tu sombra / en tu espía, en tu sabueso..."

La canción refleja poéticamente lo que sufre una persona atormentada por los celos. Una emoción que puede enfermar y es reflejo de algún problema psicológico que debe ser investigado, antes de que derive en actos de violencia. Es posible aprender a controlarlos, según explicó la psicoterapeuta Viviana Bilezker, que ofreció un taller sobre el tema en esta ciudad.  

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La experta señaló que los celos son frecuentes y pueden aparecer en toda relación humana, no solamente de pareja. "Hay que ver cuáles son las condiciones para que aparezcan los celos", dijo. 

- ¿Tienen que ver con la falta de autoestima?
- Sí. Uno de los componentes que facilita que aparezcan los celos es la inseguridad y la autodesvalorización. Si yo estoy inseguro de una característica mía, es más probable que cele de quien la tiene (juventud o belleza, por ejemplo), especialmente si esa persona entra en contacto con alguien querido por mí.  Porque los celos siempre se dan en un triángulo afectivo. Si yo estoy en una relación de pareja y temo perder ese afecto por presencia de un tercero que tiene una característica que yo creo carecer, ahí se van a generar las condiciones para que yo cele. Porque se me va a activar la sensación de riesgo: estoy en riesgo de perder el afecto de mi ser querido. El triángulo afectivo no tiene necesariamente que estar integrado por personas. Yo puedo estar celoso del trabajo de mi pareja, de una mascota a la cual le dedica una atención que yo querría recibir. Puedo estar celoso de un amigo, de un hermano, de un compañero de trabajo...

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- ¿Los celos se vinculan con el sentimiento de propiedad que tengo sobre alguien?

- Si tengo la creencia de que yo puedo ser todo para alguien, que puedo satisfacer todas las necesidades de esa persona, en algún momento voy a descubrir que eso no es cierto. Que nadie satisface todas las necesidades de otra persona. Si parto de la idea de que yo debería ser su única fuente de satisfacción, me va a ser muy difícil compartir a un ser querido con otra persona. Porque me va a ser muy difícil comprender qué necesidades le satisfacen otros, ya que entiendo que yo debería satisfacerlas todas, lo cual también es una exigencia tremenda sobre mí, porque nadie puede ser todo para alguien. A la vez es una exigencia hacia mi pareja: que sólo venga a mí cada vez que necesita algo. Esta pretensión de exclusividad es equivocada, por lo tanto propicia un sufrimiento.

- ¿La mayor movilidad que existe hoy en las relaciones de pareja favorece los celos?   

- Es un desafío, por ejemplo en el caso de las familias ensambladas. Hoy es muy común tener un segundo o tercer matrimonio, hijos de diferentes parejas, y a la hora del encuentro, de compartir, hay que tener cuidado de manejar la situación de manera que nadie se sienta excluido ni abandonado ni desvalorizado.

- ¿Es posible que no haya celos en las relaciones abiertas, o en la práctica del “swinger”?

- Si los dos miembros de la pareja están de acuerdo con esa forma de relación, es una decisión que sólo ellos pueden tomar. El problema es cuando uno de los dos no está de acuerdo y la sufre. En realidad no hay ninguna forma de relación que por su forma misma propicie más los celos que otra. Una relación monogámica es potencial para celos, tanto como una relación abierta. Porque lo que define que se presenten los celos es una vivencia interna, no la forma externa que tome la pareja.

- ¿Hay celos normales y otros patológicos?

- Una de las cuestiones importantes para distinguir los celos normales de los patológicos, es descubrir cuál es la escena que ha detonado los celos. Si yo me estoy imaginando una situación que no sucede y eso me lleva a tener una reacción violenta con mi pareja o con la otra persona, estoy funcionando de un modo no saludable porque no me tocó ver nada. En cambio, si yo veo a mi pareja en una situación concreta que produce en mí celos, ya no son celos patológicos. Estoy ante una escena temida, que se está confirmando. Voy a sentir celos porque estoy ante una pérdida. En cambio, los celos patológicos se manifiestan ante un estímulo muy pequeño. Por ejemplo, una conversación telefónica. A partir de eso armo una historia, o tengo una reacción violenta, hasta llegar a matar, porque no puedo resolver internamente los celos o a través de una conversación franca con la pareja.

- ¿Cómo se puede "curar" alguien de los celos?

- La propuesta de este taller de celos se inscribe dentro de una propuesta más amplia, que abarca todas las emociones. El objetivo es aprender a procesar las emociones. Surge de un modelo, de un método terapéutico, que se llama autoasistencia psicológica. Fue creado por un psicoterapeuta argentino llamado Norberto Levy. Desarrolló una teoría y una práctica para el abordaje de las emociones. Básicamente, lo que se plantea es: las emociones son señales que indican la existencia de un problema. Los celos indican que estoy experimentando una sensación de riesgo de perder un vínculo. Si yo puedo captar la señal que los celos son, puedo trabajar el vínculo, qué es lo que lo define. Lo que hago con la señal es aprovecharla, tal como la señal en el tablero de un auto que me indica que falta nafta.

- Usted también dio un taller sobre enojo.

- Sí.Todas las emociones se conectan entre ellas y suelen venir todas juntas. El enojo indica una frustración intensa, importante, mientras que los celos advierten una sensación de temor ante el riesgo de una pérdida.

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