Estimado biker: cuando el domingo llegues a la largada, y veas a unas 3.000 personas con sus 3.000 bicicletas alineadas para partir, sobre una rampa de un metro de altura, puede que te pongas nervioso. Que sientas vértigo. Y miedo. No es para menos; estarás siendo parte de una de las pruebas más duras y convocantes de bicicleta de montaña de América latina, el Rally Trasmontaña.
Además -a conjeturas de muchos- la competencia se las ha ingeniado, esta vez, para superar a la veintena de versiones anteriores. El recorrido se ha modificado, y el último tramo consiste en una cuesta que promete quitarte hasta la respiración. Dice Rodrigo Martínez Pardo, profesor de una escuela de mountain bike, que eso demandará apego a una estrategia. “No hay que quemar de entrada, sino guardar para el final. Será lo peor”, recomienda.
Enseguida, proporciona números que justifican sus dichos. La última subida, hacia Alto Maciel -el punto más elevado de la prueba, con 1.478 metros sobre el nivel del mar-, trepa 450 metros en cinco kilómetros, aproximadamente. Para que el lector común y silvestre se haga una idea: la subida a San Javier, desde la rotonda de la Avenida Aconquija, es de unos 600 metros, pero en 11 kilómetros. Es decir que, en esa instancia, a los ciclistas les van a arder las piernas.
También el instructor Alberto García opina que el nuevo trazado conlleva a planificar esta carrera contrarreloj, que se corre en parejas a través de la selva tucumana. “Lo principal es manejar la ansiedad en el trecho que, hoy, es la mitad, pero antes correspondía a la última parte”, explica, en referencia a los parajes conocidos como Los Pocotes y El Telégrafo.
Quien mira de reojo al Alto Maciel, además, es Sergio Acuña. La táctica que ha diseñado para los alumnos de la escuela de mountain bike que dirige con Matías Haedo es la siguiente: "a esa cima, el biker llega con unos 35 kilómetros andados". Entonces, minutos antes de empezar a subirla, hay que beber agua y tragarse uno de esos geles energéticos.
- ¿Cuánto tarda en hacer efecto un gel?
- Entre 15 y 20 minutos. No hay que esperar a estar en la subida, deshidratado y descompensado, para hidratarse. Debemos anticiparnos.
Otro momento de cuidado será la Calle 15. Y no sólo porque se trata de una senda atestada de zanjas, piedras, escalones y raíces. Sino también porque tiene tres particularidades más: es el arranque de la carrera, corre en bajada y todavía los ciclistas andan amontonados. “Uno tiene que concentrarse. Bajar tranquilo, sin pensar en ganar tiempo. Porque si te caés ahí, se termina el cuento. Debe tener unos seis kilómetros de largo, pero son muchos los obstáculos”, concluye.
En fin. El domingo quedarán atrás horas de sacrificio y de placer. Las 3.000 bicis estarán en buen estado. Los frenos, los cambios, las ruedas, las herramientas, parches, cámaras, pegamentos, agua, geles... y ellos, los 3.000 bikers. Ellos, que van a mostrar sus garras. Su primera victoria será creer que pueden hacerlo.