Vincent van Gogh creó obras maestras pero también sufría problemas mentales. Por primera vez, el museo dedicado al pintor en Amsterdam se centra en este aspecto de su persona, con una exposición sobre el último año de su vida.
El pintor lleva una chaqueta verde, un gorro azul en la cabeza, la oreja izquierda está vendada, la mirada es atenta pero seria. En 1889, Vincent van Gogh (1853-1890) pintó este “Autorretrato con oreja vendada y pipa” poco después de la dramática noche en Arles que fue un punto de inflexión en su vida: se había cortado una oreja. Diecinueve meses más tarde se suicidó.
La locura y la genialidad impregnaron por igual el último año y medio de vida de Vincent van Gogh. El Museo Van Gogh de Amsterdam aborda por primera vez este aspecto. ¿Qué pasó en Arles? ¿Qué lo empujó al suicidio? ¿Cómo pudo trabajar pese a su enfermedad?
A lo largo de los años se han hecho muchos diagnósticos: epilepsia, personalidad maníaco-depresiva, esquizofrenia, adicción al alcohol. No existe una respuesta clara. Los documentos, cartas, objetos y los 25 cuadros de la exposición “Al borde de la locura” muestran sobre todo la lucha contra la enfermedad.
En 1888, Van Gogh vivió una etapa muy creativa pero emocionalmente agitada en la Provenza. Junto con su amigo Paul Gauguin vivía y trabajaba en la Casa Amarilla de Arles, donde hay peleas y arduos debates. Gauguin amenaza con irse y Theo, el hermano de Vincent y su mecenas, le anuncia que se casa, lo que pone en peligro su situación financiera.
A todo ello se suman los vecinos, que exigen en una carta a las autoridades la internación forzosa o la detención del “loco”. Van Gogh tiene pesadillas, es inestable y depresivo.
En la noche del 23 de diciembre se produce el cortocircuito y el artista se corta la oreja.
Un documento encontrado por la autora británica Bernadette Murphy echa nueva luz sobre el hecho. En un archivo estadounidense descubrió que el médico que trató a Van Gogh, el doctor Félix Rey, hizo un dibujo de su herida. Y en el esquema queda claro que el artista no se había cortado solamente una parte del lóbulo como se creía hasta entonces, sino toda la oreja.
En mayo de 1889, Van Gogh ingresa de forma voluntaria en el Hospital de Saint-Rémy-de-Provence, donde iba a permanecer un año. Sufre alucinaciones, depresiones y a la vez pinta como un poseído. Crea cuadros magníficos como “El jardín del hospital” o “Trigal bajo la tormenta”. El 27 de junio de 1890, se pegaría un tiro.