11 Marzo 2004
UNA FIESTA.
Fue un show impecable. Durante casi dos horas Chayanne deleitó a sus fans, en su mayoría mujeres, que no se cansaron de vivarlo y de acompañarlo, cantando sus canciones de memoria. Por supuesto, cuando cantó "Caprichosa" y "Salomé" la euforia tocó su punto máximo, y numerosos jóvenes ocuparon la misma cancha para ponerse a bailar.
Fue una verdadera fiesta en la que el puertorriqueño se lució tanto con sus temas más conocidos como los nuevos, y que convocó a más de 15.000 tucumanos.
Desde que empezó el espectáculo la lluvia no cesó y hasta llegó a mojar un sector del escenario; el precio lo pagó uno de los bailarines que resbaló y cayó sentado. Sin embargo, el boricua no perdió su buen humor. "Esta lluvia es una bendición, y me trae suerte estar con ustedes", dijo.
El sonido y la iluminación tuvieron nivel internacional: detrás del escenario estaba instalada la consola con luces robóticas, alimentada por tres equipos de generadores contratados en Uruguay. Dos pantallas gigantes de alta resolución transmitían simultáneamente los movimientos en el escenario y en el público.
Con puntualidad
El show se inició puntualmente a las 22: cuando se encendieron las luces, Chayanne ya estaba en el escenario con su negra guitarra Gibson y el estadio explotó de algarabía. Luego recibió flores que le arrojaban desde las butacas más próximas, y cada tanto cambiaba su vestuario, lo que generaba el griterío de las más jovencitas. En cuanto a la organización, si bien el ingreso a las populares se habilitó tarde, el operativo de seguridad fue notorio, y en el interior se habían apostado dos ambulancias.
A las 23.45 cerró el show con "Torero" y la multitud volvió a bailar sin parar. "Espero que no pasen cinco años para volver estar acá" dijo finalmente para despedirse de los tucumanos.
Notas relacionadas Hasta último momento el concierto de Chayanne pendió de un hilo
Fue una verdadera fiesta en la que el puertorriqueño se lució tanto con sus temas más conocidos como los nuevos, y que convocó a más de 15.000 tucumanos.
Desde que empezó el espectáculo la lluvia no cesó y hasta llegó a mojar un sector del escenario; el precio lo pagó uno de los bailarines que resbaló y cayó sentado. Sin embargo, el boricua no perdió su buen humor. "Esta lluvia es una bendición, y me trae suerte estar con ustedes", dijo.
El sonido y la iluminación tuvieron nivel internacional: detrás del escenario estaba instalada la consola con luces robóticas, alimentada por tres equipos de generadores contratados en Uruguay. Dos pantallas gigantes de alta resolución transmitían simultáneamente los movimientos en el escenario y en el público.
Con puntualidad
El show se inició puntualmente a las 22: cuando se encendieron las luces, Chayanne ya estaba en el escenario con su negra guitarra Gibson y el estadio explotó de algarabía. Luego recibió flores que le arrojaban desde las butacas más próximas, y cada tanto cambiaba su vestuario, lo que generaba el griterío de las más jovencitas. En cuanto a la organización, si bien el ingreso a las populares se habilitó tarde, el operativo de seguridad fue notorio, y en el interior se habían apostado dos ambulancias.
A las 23.45 cerró el show con "Torero" y la multitud volvió a bailar sin parar. "Espero que no pasen cinco años para volver estar acá" dijo finalmente para despedirse de los tucumanos.
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