La espectacular instalación “Floating piers”, del octogenario artista estadounidense Christo, fue abierta al público en el lago Iseo, en la región de Lombardía, ubicada en el norte de Italia.
Numerosas personas recorrieron el sábado, poco antes de la inauguración oficial, los tres kilómetros de plataformas flotantes de color amarillo brillante que unen la localidad de Sulzano, a orillas del lago, con la isla de Monte Isola y de ahí a la más pequeña de San Paolo. Hasta el 3 de julio se espera que medio millón de personas puedan experimentar el proyecto, que ha costado 15 millones de euros afrontados del bolsillo de Christo, según informó a la agencia DPA.
El artista de origen búlgaro y su equipo atornillaron en los últimos meses 220.000 cubos de plástico flotante que después forraron con nylon de color amarillo brillante, que se destaca a lo lejos.
Los visitantes deben disfrutar de esta obra “con todos los sentidos” y observarla como si se tratara de un bulevar en medio del agua que invita a pasear, mejor si es descalzo, dijo Christo. Lo especial de este proyecto es que los “embarcaderos flotantes”, de 16 metros de ancho, no se balancean como un bote, sino que imitan el movimiento de las olas, con la idea de que la gente sienta de verdad que camina sobre el agua. Buceadores unieron las pasarelas al suelo del lago con anclas de 190 toneladas.
El trabajo para montar la instalación empezó en noviembre, para ensamblar los cubos y anclarlos a losas de concreto en el fondo del lago Iseo. La mayoría de los hoteles en la región llevan semanas agotados.
Esta es la vigésimo tercera instalación del artista, conocido por trabajos de este tipo, todos a gran escala o al aire. Por ejemplo, en 1962 cerró una calle de París con barriles de petróleo como protesta contra el muro de Berlín. En 1980 rodeó 11 islas de Biscayne Bay, en Miami, con una tela rosada para la instalación que se llamó “Islas rodeadas”, y en 1995, cubrió el Parlamento de Alemania, el Reichstag, con una tela plateada. Precisamente estas fueron las instalaciones con las que Christo y su mujer, Jeanne-Claude, fallecida en 2009, se hicieron famosos en todo el mundo.
El trabajo es considerado por muchos críticos cercano al land-art (un estilo que se encuentra dentro del arte conceptual), ya que intervienen el paisaje, los espacios se transforman y cambian la percepción del lugar. Además son efímeros y realizan numerosos estudios de impacto medioambiental.