21 Junio 2016
RAZA MUY BUSCADA. Ejemplar de bulldog francés durante un desfile de modas realizado en Buenos Aires. reuters
¿Adoptar o comprar perros de cría? En la actualidad no es una opción o la otra: son dos tendencias que se dan en nuestro país, entre la comunidad mascotera. Por un lado las redes sociales han generado una toma de conciencia sobre los beneficios de la adopción de estas mascotas, pero por otra parte han crecido los criaderos donde se puede conocer de antemano el temperamento de una raza frente a otras. ¿Qué es lo mejor cuando se decide tener una mascota en casa?
En Argentina, anualmente, se registran 70.000 perros de más de 150 razas caninas, en un país caracterizado por la vocación y el profesionalismo de los criadores, una actividad que no es considerada de élite en el país. Los datos los aporta la Federación Cinológica Argentina (FCA), entidad fundada en 1963 para contrarrestar el elitismo del Canning Club Argentino, donde ingresaban pocas personas, según le dijo a Télam Néstor Frascino, director de la entidad.
Frascino es abogado y rememora sus inicios, en la década del ‘60, de su pasión canina: “Comenzamos rescatando perros de la calle con mi esposa, hasta que nos regalaron un cocker inglés dorado y comenzamos a criar”. Su historia es la de tantas personas que en Argentina se dedican a criar, sobre todo, bulldog francés e inglés, ovejero alemán, schnauzer miniatura, beagle, chihuahua, caniche toy, dogo argentino, golden retriever, shar pei, yorkshire terrier y dogo de burdeos. El listado se basa en las estadísticas de la FCA que muestra una tendencia, en los últimos 10 años, a tener razas más chicas. “Tal vez porque mucha gente no tiene lugar y quiere tener un perro que lo acompañe. No olvidemos que los argentinos somos una sociedad que ama los perros”, analiza el profesional.
Frascino considera que los criadores locales son natos. “En otros países es un hobby de élites, de clases medias altas, de gente que sólo quiere ganar dinero o exposiciones”, dice. Insiste en que Argentina se distingue porque nos gusta criar animales. “Es hermoso ganar en exposiciones, porque es una tarea que implica esfuerzo, sacrificio, con sinsabores y satisfacciones. Además, es costoso porque hay que invertir en veterinario, medicación, alimentación, cuidados. Pero vale la pena”, sostiene.
Según los registros de la FCA hay exposiciones caninas todos los fines de semana en algún lugar del país. Este impulso generó que Buenos Aires sea sede, en julio, de la exposición de la Sociedad de Intercambio de la Canofilia Latinoamericana (Sicalam), entidad cuya presidencia tiene Argentina. “Este encuentro es técnico, de intercambio de conocimientos entre países, pero esta vez vamos a rodear la pista del concurso con actividades para toda la familia, con varias exhibiciones, concursos para chicos, charlas de educación responsable de tenencia de mascotas y habrá espacio para refugios de perros”, relata Frascino.
La FCA apoya al refugio canino San Francisco de Asís y ahora está acompañando a la ONG Proyecto Galgo Argentina, que rescata animales de esta raza, que son utilizados para carreras y muchas veces abandonados. Precisamente, la Federación lanzará este año un curso sobre tenencia responsable de perros.
Frascino analiza que, partir de la crisis socioeconómica de 2001 mucha gente que se quedó sin trabajo, y criaba perros como hobby, lo tomó como fuente de ingreso. “Es bueno porque aumenta la actividad y es malo porque cuando una raza se pone de moda, hay gente que en vez de criar para mejorar, cría sólo para vender. Son fabricantes de raza en vez de criadores”, advirtió.
Nuevas problemáticas
Sobre esto último coincide la técnica veterinaria tucumana, Virginia Buzzetti: “para mí la cría de razas no deja de ser un negocio. Te puede gustar mucho una raza, pero el objetivo es económico. Es verdad que se buscan perros pequeños, pero la moda, todos sabemos, la impone el que tiene que vender. Como pasa con la ropa. La realidad, si lo pensás, es que raza chica equivale a menos espacio, a más puedo tener y a más plata gano. Creo que lo de los perros chicos, no es porque la gente vive en espacios pequeños, sino porque lo imponen los que crían, por conveniencia”.
Por otra parte, resaltó que en los últimos años frente a esta corriente de compra de razas de criadero, las personas van tomando más conciencia sobre la adopción y que las redes sociales han colaborado para que esto suceda. Pero también llegan otras problemáticas, comenta la profesional. “Algo que nos pasa mucho en las veterinarias es que la gente encuentra un perro en la calle y lo traen a nuestro trabajo para que nos hagamos cargo de todo. Como si por el solo hecho de tener esta vocación por el cuidado de los animales fuese nuestra obligación hacernos cargo”, comenta la técnica veterinaria, que actualmente reside en Mendoza.
Por último, Buzzetti recomienda que si encuentran un perro en la calle y lo quieren adoptar deben darle agua y comida, dejarlo que se calme unas 48 horas y recién llevarlo a una veterinaria para ver que esté bien, siempre y cuando si al momento de encontrarlo no está en riesgo su vida. También recomendó revisar en las redes sociales o diarios publicaciones, por si alguien lo busca o si quiere adoptar una mascota.
En Argentina, anualmente, se registran 70.000 perros de más de 150 razas caninas, en un país caracterizado por la vocación y el profesionalismo de los criadores, una actividad que no es considerada de élite en el país. Los datos los aporta la Federación Cinológica Argentina (FCA), entidad fundada en 1963 para contrarrestar el elitismo del Canning Club Argentino, donde ingresaban pocas personas, según le dijo a Télam Néstor Frascino, director de la entidad.
Frascino es abogado y rememora sus inicios, en la década del ‘60, de su pasión canina: “Comenzamos rescatando perros de la calle con mi esposa, hasta que nos regalaron un cocker inglés dorado y comenzamos a criar”. Su historia es la de tantas personas que en Argentina se dedican a criar, sobre todo, bulldog francés e inglés, ovejero alemán, schnauzer miniatura, beagle, chihuahua, caniche toy, dogo argentino, golden retriever, shar pei, yorkshire terrier y dogo de burdeos. El listado se basa en las estadísticas de la FCA que muestra una tendencia, en los últimos 10 años, a tener razas más chicas. “Tal vez porque mucha gente no tiene lugar y quiere tener un perro que lo acompañe. No olvidemos que los argentinos somos una sociedad que ama los perros”, analiza el profesional.
Frascino considera que los criadores locales son natos. “En otros países es un hobby de élites, de clases medias altas, de gente que sólo quiere ganar dinero o exposiciones”, dice. Insiste en que Argentina se distingue porque nos gusta criar animales. “Es hermoso ganar en exposiciones, porque es una tarea que implica esfuerzo, sacrificio, con sinsabores y satisfacciones. Además, es costoso porque hay que invertir en veterinario, medicación, alimentación, cuidados. Pero vale la pena”, sostiene.
Según los registros de la FCA hay exposiciones caninas todos los fines de semana en algún lugar del país. Este impulso generó que Buenos Aires sea sede, en julio, de la exposición de la Sociedad de Intercambio de la Canofilia Latinoamericana (Sicalam), entidad cuya presidencia tiene Argentina. “Este encuentro es técnico, de intercambio de conocimientos entre países, pero esta vez vamos a rodear la pista del concurso con actividades para toda la familia, con varias exhibiciones, concursos para chicos, charlas de educación responsable de tenencia de mascotas y habrá espacio para refugios de perros”, relata Frascino.
La FCA apoya al refugio canino San Francisco de Asís y ahora está acompañando a la ONG Proyecto Galgo Argentina, que rescata animales de esta raza, que son utilizados para carreras y muchas veces abandonados. Precisamente, la Federación lanzará este año un curso sobre tenencia responsable de perros.
Frascino analiza que, partir de la crisis socioeconómica de 2001 mucha gente que se quedó sin trabajo, y criaba perros como hobby, lo tomó como fuente de ingreso. “Es bueno porque aumenta la actividad y es malo porque cuando una raza se pone de moda, hay gente que en vez de criar para mejorar, cría sólo para vender. Son fabricantes de raza en vez de criadores”, advirtió.
Nuevas problemáticas
Sobre esto último coincide la técnica veterinaria tucumana, Virginia Buzzetti: “para mí la cría de razas no deja de ser un negocio. Te puede gustar mucho una raza, pero el objetivo es económico. Es verdad que se buscan perros pequeños, pero la moda, todos sabemos, la impone el que tiene que vender. Como pasa con la ropa. La realidad, si lo pensás, es que raza chica equivale a menos espacio, a más puedo tener y a más plata gano. Creo que lo de los perros chicos, no es porque la gente vive en espacios pequeños, sino porque lo imponen los que crían, por conveniencia”.
Por otra parte, resaltó que en los últimos años frente a esta corriente de compra de razas de criadero, las personas van tomando más conciencia sobre la adopción y que las redes sociales han colaborado para que esto suceda. Pero también llegan otras problemáticas, comenta la profesional. “Algo que nos pasa mucho en las veterinarias es que la gente encuentra un perro en la calle y lo traen a nuestro trabajo para que nos hagamos cargo de todo. Como si por el solo hecho de tener esta vocación por el cuidado de los animales fuese nuestra obligación hacernos cargo”, comenta la técnica veterinaria, que actualmente reside en Mendoza.
Por último, Buzzetti recomienda que si encuentran un perro en la calle y lo quieren adoptar deben darle agua y comida, dejarlo que se calme unas 48 horas y recién llevarlo a una veterinaria para ver que esté bien, siempre y cuando si al momento de encontrarlo no está en riesgo su vida. También recomendó revisar en las redes sociales o diarios publicaciones, por si alguien lo busca o si quiere adoptar una mascota.
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