Es la primera vendedora y trabaja las 24 horas. No tiene descanso. Si no logra reconocerla, se puede decir que gracias a ella un cliente puede comprar o pasar de largo. En ese juego de conectarse con los consumidores, la vidriera no es poca cosa: es la tarjeta de presentación y es la herramienta que tienen los comercios para seducir y vender. En Tucumán se dictó en estos últimos días una capacitación para ayudar a alistarlas, en vistas al Bicentenario de la Independencia, y para aquellas que representen de la mejor manera a esa fecha histórica tendrán premio gracias a un concurso que lanzarán la FET, la Municipalidad capitalina y la Universidad Nacional de Tucumán. De todas formas, con o sin banderas celestes o blancas, el objetivo siempre es conquistar clientes a través de este espacio.
“Deberíamos entender la vidriera como una escenografía donde se transmite el concepto de imagen en un espacio. Nosotros apuntamos a la decoración, que es fundamental, y más teniendo en cuenta que estamos justo en una festividad importante y seremos el centro del país. Estaría bueno participar desde nuestro lugar para vestir a la provincia con nuestros colores”, opina Nelson Figueroa, que ayer y el martes dictó la capacitación “Análisis del diseño de vidrieras en el marco del Bicentenario”, en la sede de la FET.
Para el Diseñador de Interiores en Tucumán los locales cometen algunos errores al diseñar sus propuestas: “se estila muchísimo ubicar la ropa en el piso y lo único que va en ese lugar es el calzado. A diferencia de las franquicias, los negocios tienden al amontonamiento. Eso es otro error, porque las vidrieras caóticas invitan a pasar de largo. Otra cosa: creo que es fundamental contratar a un diseñador o a un Licenciado en Artes que son conscientes del uso de los materiales para decorar estos espacios que se renuevan generalmente en cambios de temporada y fechas especiales”.
Tips y concurso
La psicología es fundamental para Nelson Figueroa. Y con ello se refiere a que hay que transmitirle a los consumidores que necesitan una prenda que se exhibe allí, en esa vidriera. También cree que debe haber un guión para prepararla, que tenga una historia que refleje lo que hay adentro o -en este caso- la fecha que se quiere representar. “La naturalidad es indispensable para el armado de una buena vidriera. No hay que armar algo confuso, repleto de mercadería y cartelitos con precios. La iluminación, por su parte, es importantísima y se puede jugar con ella para jerarquizar ciertas prendas u objetos. Es bueno dejar alguna luz prendida por la noche, porque de esa manera hay otra visión de lo que se quiere mostrar. Y si se habla de tendencia, como lo son los vinilos (ideales para vidrieras pequeñas) hay que tener cuidado con la aplicación: no deben tapar los productos”, describe el profesional.
Tomando como punto de partida esta capacitación, el martes lanzarán el concurso Mejor Vidriera Comercial del Bicentenario. Romina Gordillo, Laura Villasur y Miriam Costilla de la Comisión Mujeres FET, explicaron que con la UNT y el municipio capitalino invitarán uno por uno a los locales comerciales de la capital a participar de este certamen que tendrá tres jurados (con representantes de cada una de las partes organizadoras), tres premios y cinco menciones.