Ya nadie comprará tu CD (a menos que sepas esto)

Ya nadie comprará tu CD (a menos que sepas esto)

El año pasado, por primera vez en la historia, la venta de discos digitales superó a la de discos físicos, según registros internacionales. La escena tucumana está lejos de eso: la web sirve a los músicos más para promocionarse que para comercializar. Guía para entender, adaptarse y aprovechar las nuevas plataformas.

GUSTA, PERO NO DE ENTRADA. La distribución digital de la música es el primer paso para la compra del CD. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA. GUSTA, PERO NO DE ENTRADA. La distribución digital de la música es el primer paso para la compra del CD. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA.

Verdad dura, pero insoslayable, la que sale de la boca de Raúl García Posse: “ya nadie compra un disco físico para ver si le gusta”. Lo dice a cuento de la importancia de la distribución digital de la música y de cómo, paulatinamente, esta se ha vuelto el primer paso obligatorio -fundamental- para cualquiera que pretenda ofrecer sus canciones en un soporte tangible. Si la escucha en la web no convence, las posibilidades de una venta física decaen a la mínima. Todavía más: lo esperable, según las estadísticas, es que lo digital deje de ser un medio para convertirse en un fin. En 2015, por primera vez en la historia, los ingresos generados por la música digital superaron a los de la venta física, según el informe anual de la Federación Internacional de la Industria Discográfica (IFPI, por sus siglas en inglés).

La escena tucumana, sin embargo, está aún lejos de esos récords. Así lo perciben, a través de sus distintas experiencias, tres músicos locales que ofrecen sus creaciones en diferentes plataformas web y que coinciden en que, al menos por ahora, estas le sirven más para promocionarse que para vender. García Posse, de la banda Senegal Grindcore Mafia, es quien blanquea la primera regla de la nueva forma de comercialización: “la venta física es consecuencia de la distribución digital. El proceso es así: el público baja la música en su celular o la busca en Spotify, la escucha, le gusta y recién entonces decide si comprar”.

Cuestión de conveniencia

En concreto, las estadísticas publicadas por la IFPI establecen que, en el último año, la venta de formatos digitales representó el 45% de los ingresos en el mundo frente al 39% de las ventas físicas. El porcentaje restante pertenece a lo generado por actuaciones de artistas y productores. Por otra parte, en 2015 la música digital recaudó hasta un 10,2% más que en 2014, mientras que las ventas en vinilo o CD se hundieron un 4,5% respecto del mismo año.

Sin embargo, esos números no pueden ser bajados directamente a la realidad local. Para el DJ Cristian Ledesma, más conocido como El Barba Dub, es imposible aún hablar de ventas. “En el momento artístico en el que estoy me conviene regalar la música más que venderla. Necesito que la gente acceda a ella, que la pueda tener en sus dispositivos y compartirlas desde allí. Es un modo de promoción, yo busco el boca en boca”.

El DJ admite, incluso, que ni siquiera él suele pagar por música digital. “Lo que hago desde 2004 es descargar música de blogs. Además, entre los productores que tenemos música en venta nos hacemos la onda y nos pasamos los discos; también es una manera de acceder a ellos para difundirlos -razona-. De todos modos, para mí la mejor herramienta de difusión es YouTube, porque es de búsqueda fácil y porque con cualquier celular conectado a internet accedés al video y a la música”.

Diego Molina, de Taa Huayras, admite que es posible que la venta de música digital haya aumentado en los últimos tiempos, aunque advierte que eso es poco probable de mensurar en el folclore, cuyo público está más acostumbrado a la compra de CDs.

De todos modos, el grupo tiene cómo comparar ambos formatos: los dos primeros álbumes de su discografía (“La llave” y “Fiesta tucumana”) fueron editados en soportes físicos mientras que el tercero (“Vivo en Tucumán”) sólo está disponible -por el momento- por descarga web. “Los números son significativos. De los dos primeros hicimos, respectivamente, 3.000 copias. El tercero, según los últimos registros, había superado las 70.000 descargas (gratuitas), la mayoría de las cuales provenía de fuera de Tucumán. Es muchísima la diferencia”.

Molina aclara que ninguno de los formatos les ha resultado rentable. “Como somos músicos independientes, nuestros álbumes no están en las disquerías sino que se consiguen en los shows o en ciertos recovecos culturales que nos hacen el aguante. A la mayoría los terminamos regalando a la prensa o dejando en las radios para generar trabajo y abrir más puertas. Entonces el lanzamiento de un disco no es un negocio directo para nosotros, sí una herramienta de trabajo. A los fines económicos, uno y otro soporte producen el mismo resultado”.

Una campaña planificada

Más allá de las estadísticas o de lo que pueda deparar el futuro de la industria discográfica, García Posse anima a los músicos locales a aprovechar cuanta posibilidad de promoción ofrezca internet.

“Estamos acostumbrados a que una banda, por más buena que sea, saque un disco y lo único que haga sea subir la noticia a Facebook. Nada más. Es como si se quedaran esperando a que se viralice de alguna forma, y eso no existe. Es toda una campaña que se debe planificar, en la que lo digital es lo más decisivo -remarca-. Por ejemplo, es útil enviar comunicados a blogs de todo el mundo contando las novedades de cada banda. Está bueno porque se habla del disco en otro lado; uno suele ver que es el propio músico el que elogia su producto, pero es mucho mejor que lo diga otro, incluso si eso sale en un blog chico”.

Guía básica para músicos (por Raúl García Posse)

¿Es necesario editar un disco en formato físico?
No es obligación hacerlo, pero el formato CD sigue siendo la mejor opción para materializar un álbum. Por más que el público en su mayoría escuche música en formato digital, el hecho de convertir el disco en algo tangible hace que la gente quiera tenerlo y nos da la posibilidad de recuperar lo invertido en el lanzamiento. 

Publicidad

¿Cuantas copias es recomendable encargar?
Depende si queremos vender discos duplicados (tipo CD-R) o replicados (industriales), los primeros son más caros porque no se fabrican en grandes cantidades y la calidad no es la mejor, por lo tanto la segunda opción no sólo es más barata porque se hacen de a 500 copias en adelante, sino que también son productos más profesionales y duraderos. 

¿Cómo se sube un álbum a Spotify, iTunes, Deezer, etcétera?
Para esto se utilizan distribuidoras digitales, como por ejemplo CD Baby, TuneCore, Submarino Atómico o Limbo Digital. Por lo general se paga un monto estándar por disco y la empresa se encarga de cobrar las regalías y pagarles a los autores; las comisiones varían según cada plataforma. 

Publicidad
Sitios útiles:  
Bandzoogle.com 
Plataforma para crear una página web orientada a músicos, cuesta 10 dólares por mes y viene con dominio “.com” propio.
21Bits.com 
Venta de archivos vía Rapipago, Pago Fácil, tarjeta de crédito, etc. El 90% de cada transacción queda para el músico.
Mailchimp.com 
Sitio de mailing gratuito. Ideal para armar comunicados de prensa en formato mail HTML.
Buencodigo.com
Tarjetas de descarga personalizadas. 
Discmakers.com.ar
Replicado de discos. Tiradas desde las 500 unidades en adelante.
 
Guía básica para músicos (por Raúl García Posse)
 
¿Es necesario editar un disco en formato físico?
No es obligación hacerlo, pero el formato CD sigue siendo la mejor opción para materializar un álbum. Por más que el público en su mayoría escuche música en formato digital, el hecho de convertir el disco en algo tangible hace que la gente quiera tenerlo y nos da la posibilidad de recuperar lo invertido en el lanzamiento.
 
¿Cuantas copias es recomendable encargar?
Depende si queremos vender discos duplicados (tipo CD-R) o replicados (industriales), los primeros son más caros porque no se fabrican en grandes cantidades y la calidad no es la mejor, por lo tanto la segunda opción no sólo es más barata porque se hacen de a 500 copias en adelante, sino que también son productos más profesionales y duraderos.
 
¿Cómo se sube un álbum a Spotify, iTunes, Deezer, etcétera?
Para esto se utilizan distribuidoras digitales, como por ejemplo CD Baby, TuneCore, Submarino Atómico o Limbo Digital. Por lo general se paga un monto estándar por disco y la empresa se encarga de cobrar las regalías y pagarles a los autores; las comisiones varían según cada plataforma. 

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