El primer episodio de la sexta temporada de “Juego de tronos” (“Game of thrones”, GOT) fue, en realidad, el último de la anterior. Pero volvió, y es la novedad importante para los fanáticos de la saga de lucha por el poder, que se instalaron frente al televisión en la noche del domingo para saciar la sed de 10 meses sin novedades y con muchas especulaciones.
Aclaración de rigor: si algún seguidor de GOT se perdió el regreso, que no avance en la lectura para no perder su expectativa.
Los guionistas David Benioff y Dan Weiss centraron su capítulo de retorno en cerrar las historias que estaban abiertas, y lo hicieron aplicando la más estricta lógica, un condimento que, en realidad, está a lo largo de toda la serie cuando no aparecen los dragones o la magia. Lo muerto, muerto está; los que parecía que se salvaban, efectivamente lo hacen y los traidores, traicionan sin piedad.
El título del capítulo encierra lo que trascendió será el espíritu de este año para la serie, con la presencia femenina como eje. “La mujer roja” hace referencia directa a la sacerdotisa Melisandre, quien aporta sus conocimientos místicos para conocer el futuro y adivinar la suerte con sacrificios humanos, según promete a quienes quieren sentarse en el trono de hierro, aunque con suerte dispar. El personaje a cargo de la actriz holandesa Carice van Houten aparece en sólo dos escenas: al comienzo, cuando se rescata el cuerpo inerte de Jon Snow; y al cierre, donde se confirman sus condiciones de hechicera. Pero ella es sólo uno de los personajes femeninos que se prometen con mayor despliegue para este año.
Si nos guiamos por la primera entrega, el impulso de la acción estará en manos de mujeres, con sus distintas características y objetivos. Pasemos repaso: si Snow revive, será gracias a Melisandre, quien aumentará su incidencia; Cersei Lannister no permitirá que queda impune la muerte de su hija Myrcella ni Ellaria Arena la de su esposo Oberyn Martell, en lo que abre una nueva disputa directa entre ambas; Daenerys Targaryen no es cautiva de los khal, pero tampoco está libre; Sansa Stark fue rescatada in extremis por Brienne de Tarth, y Arya Stark se fortalecerá desde su ceguera. Los hombres quedarán en un segundo plano, vagando por ciudades que no entienden, en campo abierto o sometidos a las decisiones de ellas.
Aclaración de rigor: si algún seguidor de GOT se perdió el regreso, que no avance en la lectura para no perder su expectativa.
Los guionistas David Benioff y Dan Weiss centraron su capítulo de retorno en cerrar las historias que estaban abiertas, y lo hicieron aplicando la más estricta lógica, un condimento que, en realidad, está a lo largo de toda la serie cuando no aparecen los dragones o la magia. Lo muerto, muerto está; los que parecía que se salvaban, efectivamente lo hacen y los traidores, traicionan sin piedad.
El título del capítulo encierra lo que trascendió será el espíritu de este año para la serie, con la presencia femenina como eje. “La mujer roja” hace referencia directa a la sacerdotisa Melisandre, quien aporta sus conocimientos místicos para conocer el futuro y adivinar la suerte con sacrificios humanos, según promete a quienes quieren sentarse en el trono de hierro, aunque con suerte dispar. El personaje a cargo de la actriz holandesa Carice van Houten aparece en sólo dos escenas: al comienzo, cuando se rescata el cuerpo inerte de Jon Snow; y al cierre, donde se confirman sus condiciones de hechicera. Pero ella es sólo uno de los personajes femeninos que se prometen con mayor despliegue para este año.
Si nos guiamos por la primera entrega, el impulso de la acción estará en manos de mujeres, con sus distintas características y objetivos. Pasemos repaso: si Snow revive, será gracias a Melisandre, quien aumentará su incidencia; Cersei Lannister no permitirá que queda impune la muerte de su hija Myrcella ni Ellaria Arena la de su esposo Oberyn Martell, en lo que abre una nueva disputa directa entre ambas; Daenerys Targaryen no es cautiva de los khal, pero tampoco está libre; Sansa Stark fue rescatada in extremis por Brienne de Tarth, y Arya Stark se fortalecerá desde su ceguera. Los hombres quedarán en un segundo plano, vagando por ciudades que no entienden, en campo abierto o sometidos a las decisiones de ellas.
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