El hombre de acero nacido en Krypton y el huérfano que protege Ciudad Gótica disfrazado de murciélago tienen en común varias cosas: son los personajes más populares del mundo de los cómics; están entre los más queridos; han superado los desafíos más difíciles (incluso la pérdida de sus familiares de sangre); manejan la violencia con eficiencia; tienen identidades ocultas y usan capa. La decisión de ponerlos como rivales en la pantalla grande (desde años atrás lo hacen en las viñetas en papel) empuja las similitudes a los márgenes y deja el camino libre para la acción.
“Batman Vs. Superman” surge desde el enfrentamiento egocéntrico de personajes en su ropaje cotidiano, con Clark Kent como periodista entrevistando a un antipático Bruce Wayne. Cada uno sabe qué oculta el otro bajo su traje y lo que se puede esperar del choque. Nunca en un mismo lugar puede haber dos reyes.
El guionista Chris Terrio (ganador del Oscar por “Argo”) trabajó sobre este concepto. “Ocupan diferentes partes de la imaginación mitológica: Batman es Plutón, dios del inframundo, y Superman es Apolo, dios del cielo. Al final, existe una humanidad común y es algo que se desarrolla en cierto punto de la película”, dijo en una entrevista en EEUU.
Así es que, en el fondo, la lucha es por la supremacía de Metrópolis sobre Ciudad Gótica y viceversa; entre quien tiene poderes sobrenaturales (se cuestiona y desalifica a Superman por su origen extraterrestre y por la impunidad de sus acciones, sobre todo por la destrucción masiva durante su pelea con Zod) contra quien pelea sin ellos, por lo cual se siente inferior; y con un cuestionamiento sobre quién debe controlar al otro para que el planeta siga existiendo.
El bien y el mal prácticamente quedan confundidos y relegados a un segundo plano ante las pasiones más primitivas de los máximos exponentes de DC Cómics, cuando en sus historias como solistas esos principios son la base de sus actos. Lo correcto y lo incorrecto se alternan constantemente y dejan de ser la guía de los comportamientos.
La aparición de una heroína de alto voltaje como la Mujer Maravilla (muy elogiada Gal Gadot en ese papel) para evitar que la puja derive en una ruina global ante el surgimiento de un rival común, puede ser interpretada como una reivindicación al rol de la mujer en tanto protectora del mundo y dadora de vida.
El director Zack Snyder tiene experiencia en filmar a Superman y a Henry Cavill en ese papel, como lo hizo hace tres años en “El hombre de acero” (considerada una precuela de este filme), pero debuta con Ben Affleck en su primera, y resistida por numerosos fanáticos, personificación de Batman, de la que saldría sorpresivamente airoso según los comentarios obtenidos luego de los preestrenos en Estados Unidos.
Las críticas de los especialistas que ya vieron la película se centran en que la espectacularidad de las imágenes y la violencia previsible supera al desarrollo de los personajes y a sus conflictos íntimos y malestares varios. Quizás este aspecto se vea más expuesto en “La Liga de la Justicia”, la película que comenzará a rodarse el próximo mes y que retomará el trío de Batman, Superman y la Mujer Maravilla junto a Aquaman y a Flash, entre otros.