BUENOS AIRES.- En la Casa Rosada intentaron calmar las críticas ayer en torno de los efectos del aumento del mínimo no imponible y la postergación de las reformas en las escalas del impuesto a las Ganancias. Ayer, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, pidió comprensión y responsabilidad a los gremios, ante las medidas fiscales que tomó la administración de Mauricio Macri.
El funcionario sostuvo que desde el macrismo se trabaja para ordenar el desastre económico que dejó la política muy mala de la gestión anterior, y consideró un paso muy importante los anuncios sobre el impuesto a las Ganancias, en referencia a que “casi” se triplicó el mínimo no imponible para la aplicación de ese tributo.
Peña pidió comprensión y responsabilidad a los sindicalistas para cuidar la frágil salud de la economía argentina, para que no haya un colapso, un quiebre o un ajuste que sea negativo para el conjunto.
Tras señalar que el Gobierno nacional recibió uno de los peores déficits fiscales de la historia de la Argentina, remarcó que la decisión de Macri de elevar el mínimo no imponible a $ 30.000 implicó que “casi” se triplicó ese piso, ayudando a “devolver” al salario del trabajador entre el 9% y 22% (por la recuperación).
“Es un esfuerzo fiscal muy grande”, dijo el funcionario, quien estimó que a lo largo del año se podrá generar un diálogo en el Congreso para ir ordenando el tema de las escalas y del sistema impositivo en general.
Por su parte, el jefe de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, le reclamó a Macri que deje que el Parlamento debata la modificación de las escalas de Ganancias, y advirtió que, en caso contrario, Cambiemos volvería a restablecer “una escribanía en el Parlamento”.
El dirigente sindical le pidió al mandatario que deje que se debata en el Congreso y que lo resuelva con criterio, tras lo cual estimó que a partir de allí, se tendrá que aplicar la ley que se sancione.
“¿Para qué anuncia algo, quiere decir que vamos a volver a la escribanía en el Congreso?”, advirtió, en referencia a las críticas que la oposición hacía al kirchnerismo.
Por su parte, el diputado del Frente de Izquierda, Néstor Pitrola, volvió a reclamar la abolición del impuesto a las Ganancias para los trabajadores y llamó a deliberar en asambleas y adoptar medidas de acción para rechazar la continuidad de la confiscación del salario. “Mientras Macri subsidia a las mineras, la banca, las privatizadas y los exportadores, continúa con el impuesto al salario que la inflación irá agravando”, concluyó.
“Paliativo”
“El cambio anunciado en Ganancias, elevando el mínimo no imponible a $ 30.000 con retroactividad al 1 de enero, permitirá aumentar el consumo al producir, como efecto inmediato, un incremento del salario de bolsillo de los trabajadores, quienes estaban siendo perjudicados por la inflación” , dijo Abelardo García, presidente del Colegio de Graduados en Ciencias Económicas de Tucumán (Cgcet).
El tributarista se sumó a los que destacaron la medida oficial, al afirmar que permitirá un incremento del salario de bolsillo entre un 8% y un 22%. Aunque hizo hincapié en que la medida oficial será sólo un paliativo hasta tanto se modifiquen las escalas del tributo, se fije un mecanismo de actualización permanente y automático, se equipare el tratamiento fiscal de los autónomos con los asalariados y se restablezca el esquema de ajuste por inflación para la determinación de las rentas.
“Evidentemente, el Gobierno nacional se ha propuesto que esta reforma sea considerada como parte de las negociaciones salariales en paritarias, en particular, por parte de los gremios que tienen una gran porción de sus afiliados alcanzados por el tributo como transporte, petroleros y bancarios. Marginalmente, en el resto de las actividades porque se traducirá en mejoras del salario de bolsillo”, enfatizó.
La ley de ganancias prevé un mecanismo automático para la actualización periódica de las variables que toma como referencia al índice de precios mayoristas, pero su aplicación quedó suspendida por la ley de convertibilidad de 1992 que en ese punto sigue vigente, indicó. A su vez, explicó que el ajuste automático también está suspendido desde 2002 por la vigencia de la Ley de Emergencia Económica y, en consecuencia, la última modificación data de 2000, como también ocurre con las escalas de tributación.
“Otro tema importante es la actualización de los parámetros de categorización de los monotributistas, que también quedaron desvirtuados debido al importante proceso inflacionario”, aseguró García.