Menéndez es de la gente de Atlético

Menéndez es de la gente de Atlético

El esfuerzo y los goles del delantero son apreciados por el público, que lo tiene en su podio.

AMOR INCONDICIONAL. Luego del partido ante Unión, Menéndez retribuye la ovación de toda la platea baja y hasta del utilero Daniel Mancinelli (con vestimenta de Atlético) con aplausos para todos ellos. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA AMOR INCONDICIONAL. Luego del partido ante Unión, Menéndez retribuye la ovación de toda la platea baja y hasta del utilero Daniel Mancinelli (con vestimenta de Atlético) con aplausos para todos ellos. LA GACETA / FOTO DE HÉCTOR PERALTA
20 Febrero 2016
Generalmente, la química en una relación salta a la vista, al olfato, al gusto, al tacto y hasta al oído, rápidamente. La hay o no la hay y se sabrá pronto. Con Cristian Menéndez y la hinchada de Atlético sucedió de esa manera. El delantero llegó a Tucumán el 20 de julio de 2014 y siete días después, en el Monumental, estaba jugando su primer clásico. Ingresó desde el banco y la primera pelota que tocó fue una que le había robado a Franco Zambrano, defensor de San Martín. Se lo vio empujando, forcejeando, molestando y ensuciando al rival tal como lo hizo en el partido ante Unión (especialmente en el primer gol), a casi dos años de aquel clásico contra el “Santo”.

La jugada despertó un murmullo de los buenos en las tribunas y este se convirtió, minutos después, en un grito de gol. El “Polaco”, rápidamente bautizado como para confirmar el feeling, recibió un regalo de la defensa de San Martín y marcó su primer gol en Atlético. Nuevamente una situación similar se produjo contra el “Tatengue”, ya que el disparo de José Méndez iba al arco, pero la suerte -buscada por el delantero- hizo que encontrara su cabeza y así anotó el gol que liquidó a los santafesinos.

El doblete logrado el jueves resultó un resumen perfecto de lo que fue su primer partido. Esa primera impresión en la que la química entre Menéndez y el público no sólo aparecería sino que iría aumentando exponencialmente.

“Estaba muerto de cansancio. Lo único que podía hacer era levantar una mano”, reconoció Menéndez sobre el festejo del segundo gol. Era normal, había peleado absolutamente todas las pelotas que le pasaron cerca, pero las más de 20.000 personas que asistieron al partido celebraron por él.

No sólo corearon su nombre sino que luego de conceder la tradicional entrevista televisiva, lo esperaron para volver a ovacionarlo cuando ingresó al túnel.

“El técnico dijo que por el cansancio del equipo iban a apoyarse mucho en mí”, contó tras el 2-0, y vaya que lo hicieron. El equipo y la hinchada comenzaron a enamorarse de su jugador en ese partido ante San Martín y la relación siempre siguió cultivándose.

Tras esa copa de invierno, en el Torneo de Transición 2014, Menéndez hizo goles importantes para dejar a Atlético en la cima de su zona, dando por sentado un ascenso que al final no llegaría. Incluso el “Polaco” marcó el gol en el desempate final ante Huracán, que hasta faltando menos de 25 minutos le daba el ascenso.

A la temporada 2015 la comenzó enchufado pero en el medio vivió su peor pasaje en Atlético: pasó 23 partidos completos sin marcar un gol. Pero luego de que cortara la racha ante Juventud Unida sobre el final del torneo que sí culminaría en el ascenso, empezó una racha completamente opuesta: de los ocho partidos siguientes en los que jugó como titular, marcó igual cantidad de goles, contando los que le hizo a Unión.

El marplatense volvió a la titularidad que había dejado en la B Nacional, por la expulsión de Fernando Zampedri, el titular para Juan Manuel Azconzábal al inicio del torneo. “Sabía que tenía la oportunidad, la tenía que aprovechar y se hicieron las cosas muy bien”, explicó luego del partido.

Justamente entre ambos delanteros se vivió una situación particular, en el debut ante Racing. En el segundo tiempo, Menéndez reemplazó a Zampedri, que había hecho el primer gol del partido. La ovación fue más fuerte cuando ingresó el 11 que para que cuando se fue el 9. Nada extraño si concluimos que la química entre Menéndez y la gente apareció desde un primer momento y todavía sigue vigente.

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