Puntos de vista de la inolvidable noche

13 Enero 2016
Dos golazos
Por Raúl Rodríguez Ponce (72 años)
Ex arquero de Sportivo y San Martín
Aunque pasaron 50 años, a ese partido lo recuerdo como si se hubiese jugado hoy. Fue uno de los momentos más emocionantes que me tocó vivir dentro de un campo de juego. Ver en acción a tantas estrellas del fútbol mundial fue un verdadero placer. Le doy gracias a Dios que me permitió ser protagonista. El primer gol fue un tiro libre de Pepe que no se por donde pasó. A la pelota la vi cuando ya estaba en la red. El tanto de Pelé fue una obra de arte. El balón vino desde un lateral. Morales saltó para despejar, pero la dejó cerca. Otro delantero hubiera tratado de pararla. Pelé, en cambio, saco un remate que me dejó parado. Puso la pelota en el lugar donde ningún arquero hubiera llegado.

Gilmar, la figura
Por ARMANDO ENRIQUE ABREGÚ (73 años)
El ex puntero derecho de Atlético
Aunque empecé a jugar de lateral por la derecha en las inferiores de Atlético, esa noche me pusieron de puntero por ese sector. Recuerdo que Geraldino me marcaba. En los primeros minutos lo compliqué con mi velocidad, pero luego tomó los recaudos para no dejarme arrancar. En el primer tiempo, si no fuera por Gilmar que era un coloso en el arco, tendríamos que habernos ido al descanso ganando. En el complemento con dos tantos de otro partido, Santos se llevó un triunfo. Fue una experiencia inolvidable

Viveza criolla
Por Raúl Federico Morales (74 años)
Ex lateral izquierdo de Atlético
Como era considerable la diferencia física que nos llevaban los brasileños, tuvimos que sacar a relucir la viveza criolla que caracteriza al futbolista tucumano. En varios tramos del encuentro me crucé con Pelé. Recuerdo una jugada cuando Pepe envió un centro al borde del área para la entrada de Pelé. En el mismo momento que él trató de controlar la pelota, le pegué un empujón que lo hizo trastabillar y caer como a cinco metros de donde estábamos. Desde el suelo me miró con cara de poco amigo, pero se levantó rápidamente y siguió jugando. Más que un futbolista parecía un extraterrestre. Nunca se quejaba cuando recibía una infracción, pero él también tenía sus mañana y te lo hacía sentir.

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