"En el corazón del mar": la lucha por la supervivencia en alta mar

Las grandes historias clásicas no tienen frontera, y “Moby Dick” es una demostración. Los miedos atávicos a lo desconocido, a lo oculto en la profundidad y en la oscuridad, a los monstruos que pueden aparecer de la nada para llevarse decenas de vidas, a la amenaza ciega de los animales, se ven reflejados en el relato de Herman Melville. Pero su libro va mucho más allá y habla de la esencia del hombre depredador y vengativo, el que es castigado cuando se cree un Dios al que no le rozará siquiera la conciencia de pensar sobre lo que está haciendo.

“En el corazón del mar” se presenta como el mito detrás del texto, el origen de la novela. Melville recostó sus letras en que estaban originadas en hechos reales, como suele ser la campaña de prensa de muchas películas. Imposible confirmarlo casi 200 años después de la anécdota fundacional, que supuestamente fue el hundimiento del Essex en 1820 en el Océano Pacífico, 15 meses después de haber zarpado para cazar las ballenas más grandes y tras ser destrozado por un cachalote. Claro que el escritor no se quedó en la narración oral de algún sobreviviente, sino que intercaló pasajes bíblicos y conceptos religiosos en el todopoderoso capitán Ahab, dándole trascendencia y universalidad a su creación.

El director Ron Howard (“Cocoon”, “Apolo XIII”, “Una mente brillante”, “El código Da Vinci” y “Rush: pasión y gloria” figuran entre sus filmes anteriores) se pone nuevamente detrás de las cámaras para contar el inicio de todo, hasta construir una mezcla del “Moby Dick” clásico de John Huston, de 1956, con el “Náufrago” que protagonizó Tom Hanks hace 15 años. El gigante que destruye el barco le da paso a la lucha por mantener la vida de quienes se salvaron del naufragio, refugiados en tres inestables botes y en medio del mar a la altura del Ecuador; es decir, de la nada.

La deriva les consumió 90 días de su vida, en los cuales florecieron las miserias y las valentías de los marineros abandonados a los caprichos de la naturaleza, sin recursos suficientes y desafiando tormentas. Howard declaró que su objetivo fue hacer “una película de aventuras de corte clásico, como las de antes”, pero con el agregado de una muy cuidada reconstrucción de época.

Chris Hemsworth se hace cargo de interpretar a Owen Chase, uno de los pocos sobrevivientes del hecho real. Durante el rodaje, tanto él como el resto del elenco que interpretaba a los hombres que luchaban por su vida se debieron adaptar a una dieta hipocalórica para perder peso y así filmar el deterioro de su estado físico. Poco le quedó del musculoso Thor de otras películas, pero bastante del desafío de actuar bien.