En Japón, Reveco buscará mañana recuperar la corona.

Walter Vargas - Télam

El boxeo argentino ha tenido uno de los peores años de que se tenga memoria. Al parecer el tobogán es crónico, y sugiere oscuridades más profundas, pero la caída de la última hoja del almanaque podría venir con una buena noticia ligada a los exquisitos puños del mendocino Juan Carlos Reveco.

Mejor así, que las últimas imágenes de un 2015 poblado de naufragios dependan de uno de los pocos boxeadores argentinos de probada calidad. Uno de los pocos, se entiende, en plena actividad y más o menos ajenos a las impiedades de la cédula, puesto que Omar Narváez, aspirante a una nueva oportunidad por la corona mundial supermosca, ya ha cruzado la barrera de los 40, el ‘Chino’ Marcos Maidana acaba de anunciar su adiós y la carrera del chubutense Lucas Matthysse es un interrogante monumental.

¿Quiénes quedan? Víctor Emilio Ramírez, Jesús Cuellar y el ‘Cotón’ Reveco. Ramírez, campeón crucero versión OMB, ha llegado al tope de su crecimiento. Cuellar, campeón mundial de peso pluma AMB, ha crecido de manera sostenida. Pero con el debido respeto, sin mella a una campaña espléndida, todavía provisoria, es difícil, muy difícil, por no decir imposible, que le esté conferida la posibilidad de acceder a algunos ingredientes que en Reveco son tan naturales como el cepillado de dientes de cada mañana.

‘Cotón’ Reveco, de 32 años, es de lo más talentoso que ha surgido en la Argentina en lo que va del siglo XXI y ya ocupa un lugar de privilegio sea cual fuere el resultado de mañana, cuando en Osaka, a las 8, se las vea con Kazuto Ioka e intente recuperar la corona mosca AMB que el 22 de abril perdió ante el mismo adversario por la sorpresiva influencia de un fallo localista. En 11 años de profesional, dos veces ha perdido en 38 peleas y las dos veces en condición de visitante

Por si fuera poco, reinó dos veces entre los minimoscas y una entre los moscas y si añadimos el dato de que acumula nada menos que 17 peleas de campeonato del mundo va de suyo que hablamos de un crack que acaso a estas mismas horas esté en las vísperas de otra página gloriosa.