Un emprendimiento productivo y ecológico en el Amazonas

Comunidades de agricultores le venden frutos y semillas a Natura, empresa de cosméticos, que fomenta la preservación de la Amazonia

EXCURSIÓN. Periodistas de seis países se internan en la selva amazónica para conocer los frutos de los árboles que los nativos le venden a Natura, que fabrica productos de higiene personal y perfumería. la gaceta / fotos de roberto espinosa EXCURSIÓN. Periodistas de seis países se internan en la selva amazónica para conocer los frutos de los árboles que los nativos le venden a Natura, que fabrica productos de higiene personal y perfumería. la gaceta / fotos de roberto espinosa
Roberto Espinosa
Por Roberto Espinosa 07 Diciembre 2015

Un abrazo de palmas, cananguchas, andirobas, cedros y caricaris despabilan la bienvenida. La tierra abre su vientre colorado, húmedo, generoso. Ondulaciones con agua en el estrecho camino traen el recuerdo de la lluvia reciente. Dos nativos encaramados en una moto saludan a los viajeros. El verde vegetal se libera bajo la mirada del sol. Una canchita de fútbol es un pañuelo en la selva. Una esperanza de anacondas se posa tal vez en el imaginario colectivo. La embarcación los espera impaciente en el río Moju. En sus aguas hay huellas de duendes de la Amazonia brasileña. En una de sus orillas, sobresalen, cada tanto, construcciones de madera con carteles que rezan: “Assembleia de Deus”.

Pura selva

Tras una hora de navegación, se llega a una comunidad que lleva el nombre de un brazo del Moju. Allí viven unas 50 familias que recolectan frutos y semillas para su venta. Un canto festivo saluda al contingente de más de dos decenas de periodistas colombianos, peruanos, chilenos, mexicanos, franceses y argentinos. Un refresco de castaña, al que se le agrega tapioca, es ideal para contrarrestar el calor que aprieta al mediodía.

“Vendemos parte de nuestra producción a Natura, con la que trabajamos desde 2007. Recolectamos lo que producen árboles y plantas, como la andiroba, el açaí, el cupuaçú”, cuenta Francisco Ferreira, de 23 años, que preside la Associaçao Jauarí. La comunidad se fundó en 2000. El joven divide al contingente en grupos para internarse en la selva. Cruzando el río, se halla el poblado de Santa Lucía; para ir a la escuela los chicos cruzan en lancha. Octavio de Souza se detiene en cada planta o árbol de los cuales colectan los frutos. “La andiroba tiene unos 30 metros de altura, es medicinal, se usa para el dolor de cuerpo. De la semilla de la ucuuba se hace un aceite hidratante y de la cáscara, el aceite. Antes de trabajar con Natura, vendíamos el árbol como leña, ahora no lo cortamos, y con la venta de la semilla ganamos 30 veces más”, comenta.

Jauarí es una de las 33 comunidades amazónicas que trabajan con la empresa brasileña de cosméticos, fragancias y productos de cuidado personal. En 2011, la firma adoptó la sociobiodiversidad, como uno de los ejes de su política. “Nuestro programa apunta a generar riqueza en la Amazonia, a partir de la diversidad. Queremos contribuir al desarrollo sustentable. Negociamos con las comunidades el precio de los frutos y semillas y luego hacemos un contrato. La idea es que el beneficio sea mutuo, solo les pedimos que se organicen en cooperativas; les obsequiamos además elementos de trabajo que son de utilidad”, señala Mauro Costa, gerente de relacionamiento de Natura.

Un recuerdo de soles le surca el rostro. Cuenta que comenzó a cultivar a los 15 años con su marido. “Cuando él murió, me dediqué a recolectar cacao, mango, plátano, açaí, que luego vendemos; ya no trabajo”, dice Raimunda con una sonrisa que ilumina su mirada.

Una sirena chillona se abre paso por el río. Desde la lancha ambulancia, la algarabía del conductor saluda a los huéspedes. “Buscamos aprender del conocimiento de las comunidades e interactuar con ellas. Por ejemplo, la andiroba es un árbol en peligro de extinción por la explotación de su madera que es de alta calidad. De su semilla extraemos aceite con propiedades terapéuticas, que se usa para el cansancio del cuerpo y como antiinflamatorio… Ayudamos a que se mantenga el árbol en pie, educando a la comunidad para que lo proteja”, sostiene Carolina Secchin, gerenta de Marketing de la marca Ekos.

Antes del regreso a Belén, capital del Estado de Pará, y a modo de despedida, sobre la arena blanca, parejas morenas ensayan la alegría en el carimbó, danza nativa, y arremolinan la selva en las polleras. El horizonte imaginario de anacondas se desvanece en el Moju, río de alma ancha y generosa, como la del Brasil.

La filosofía del bienestar y el estar bien

“Nuestra razón de ser es crear y comercializar productos y servicios que promuevan el bienestar/estar bien. El bienestar es la relación armoniosa, agradable, del individuo consigo mismo, con su cuerpo. Estar bien es la relación empática, exitosa, agradable, del individuo con el otro, con la naturaleza de la cual es parte, con el todo”, sostiene Erasmo Toledo, vicepresidente de Negocios de las Operaciones de Latinoamérica de Natura, firma que produce productos de higiene personal, perfumería y cosméticos, creada en Brasil en 1969.

En marzo del año pasado, Natura inauguró en Benevides, municipio ubicado a 35 km de Belén, capital del Estado de Pará, el Ecoparque, donde concentra la producción de más de 200 millones de barras de jabones y aproximadamente 400 toneladas de aceites fijos. Además de dichos productos, también produce el “noodle”, base para la fabricación de jabones. El concepto de sustentabilidad y respeto al medio ambiente está presente en sus instalaciones y estructuras. Se aplicó la tecnología de jardines filtrantes, un tratamiento innovador de efluentes a partir de raíces de plantas. En un proceso de fito restauración, libre de productos químicos: bacterias alojadas en las raíces de plantas acuáticas realizan la descomposición de los elementos contaminantes.

“Queríamos estar cerca de la biodiversidad amazónica, de las materias primas de la región, crear un tipo de producción que tenga un menor impacto en el medio ambiente. Un bosque vale más vivo que tumbado; buscamos generar un impacto positivo. No tenemos contaminación con el jabón, la soda cáustica es neutralizada. Construimos jardines filtrantes para el tratamiento de efluentes industriales”, explica el coordinador de la planta José Mattos. El Ecoparque instalado en un área de 172 hectáreas tiene por objetivo atraer asociados para darle impulso a la generación de negocios sustentables en la Amazonia.

La compañía, que tiene además cuatro unidades de producción en Cajamar (San Pablo), fue distinguida en octubre pasado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), en el marco de su concurso medioambiental “Campeones por la Tierra”. Se señala que la compañía brasileña le otorga prioridad al uso e implementación de materiales reciclados y reciclables en su embalaje y al análisis de su impacto ambiental a lo largo del ciclo de vida de los productos que vende mayoritariamente por catálogo, y que a través de su programa Amazonas, lanzado en 2011, busca frenar la deforestación mediante el impulso de una economía forestalmente sostenible en esa región.

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La reducción de gases efecto invernadero 

“Hemos vegetalizado nuestras fórmulas. Nuestros perfumes no emplean el alcohol químico, sino el orgánico, derivado de la caña de azúcar. Nuestra visión de sustentabilidad se propone mejorar el medio ambiente y la sociedad, logrando reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en toda la cadena de valor. Hemos formulado directivasrrz estratégicas para la construcción de Impacto Positivo hasta 2050. También contamos con programas de educación, con una metodología probada, que promueve un mejor aprendizaje y se aplican en las escuelas; estos se financian con la línea ‘Creer para ver’, cuya venta de productos no genera ganancias, sino que se reinvierte en este proyecto”, afirma Christian Silveri, gerente de asuntos corporativos de Natura.

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