Tendría esquizofrenia el padre del joven muerto en pelea familiar

El hombre dio varias versiones sobre la tragedia, dijo su defensor.

DOLOR. El joven vivía en una casa ubicada en Independencia al 4.200. ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI DOLOR. El joven vivía en una casa ubicada en Independencia al 4.200. ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI
12 Noviembre 2015
Mientras el fiscal Washington Navarro Dávila solicitó la detención de Héctor Gramajo, sospechoso de haber matado en una pelea a su propio hijo, Javier, su defensor pedía que se lo declare inimputable.

El martes a la madrugada, después de que se registrara una violenta pelea familiar en su casa del barrio San Francisco, el hombre habría ahorcado con sus propias manos a Javier, de 21 años. La víctima era adicto a las drogas y no se llevaba bien con el resto de su familia. Incluso hay versiones que indican que castigaba físicamente a su madre.

Carlos Posse, defensor del acusado, explicó que Gramajo, ex combatiente de Malvinas, recibe tratamiento por esquizofrenia, paranoia y amnesia. “Está recibiendo atención en el Obarrio. El no sabía lo que hizo en ese momento. Por eso solicité que se realizara una junta médica para que se compruebe todo lo que estoy diciendo”, aseguró el abogado.

“En la misma declaración que realizó en Tribunales dejó en claro que no estaba bien. Comenzó diciendo que el joven se había ahorcado en el fondo de la casa con la soga y después otras versiones que no tenían ningún sentido. Por eso pedimos que se realice una junta médica para que se lo revise”, indicó el profesional en una charla con LA GACETA.

Posse también informó otro dato que puede ser clave en la investigación del caso. “Ese día, pero como a la una, la madre de la víctima llamó a la seccional 8ª para que llegaran y se lo llevaran, ya que estaba drogado y no querían que ingrese a su hogar porque sabía que algo malo podía pasar. Los efectivos fueron y le dijeron que ellos no podían hacer absolutamente nada. Después se produjo la tragedia”, informó.

Navarro Dávila, por su parte, confirmó el planteo que realizó la defensa y reconoció que también solicitaron una pericia para determinar si en el momento del hecho comprendía la criminalidad del acto. “La defensa asegura que es un hombre esquizofrénico, pero en el momento en el que se produjo el crimen estaba perfectamente controlado, según la evaluación de los médicos que lo atendieron. Ellos sostienen que no había hecho crisis y por lo tanto es imputable”, agregó el fiscal.

El fiscal dijo que en su declaración no reconoció la autoría del hecho. “Sin embargo dio una versión que será corroborada por las pericias”, agregó.

Navarro Dávila también habló de los problemas que había en la familia. “Existen antecedentes de conflictos propios de la enfermedad que padecía el chico”, concluyó sin dar mayores detalles.

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