Los Pumas dejaron alma y vida pero jugarán por el tercer puesto

Autralia aprovechó los errores argentinos y venció por 29-15.

UNA DURA IMAGEN. El segunda línea Matías Alemanno llora después de que se consumara la derrota con Australia. REUTERS UNA DURA IMAGEN. El segunda línea Matías Alemanno llora después de que se consumara la derrota con Australia. REUTERS
Federico Espósito
Por Federico Espósito 26 Octubre 2015
Que levante la mano el que no sintió ganas de saltar desde la tribuna o de meterse en el televisor a empujar en el scrum, tacklear un australiano o ayudar de alguna manera a Los Pumas para dar vuelta el resultado cuando ya se los veía al borde de la extenuación. No pudo ser: Australia se apoyó sobre su solidez defensiva y sobre los errores del equipo argentino para derrotarlo por 29 a 15 y justificar su derecho a jugar la final frente a Nueva Zelanda.

Argentina sintió en carne propia lo que le había hecho padecer a Irlanda: un comienzo a toda máquina, que resultó muy fructífero para los Wallabies. La marca a presión, casi al límite del offside, le dio réditos desde el minuto y medio de juego, cuando la buena lectura de Rob Simmons le permitió adivinar la intención de pase de Nicolás Sánchez y agarrar toda la defensa a contrapierna. Try al lado de la H, convertido luego por Bernard Foley. Luego, el apertura abrió el camino hacia el segundo try con un salteo hacia Adam Ashley-Cooper, que se zambulló sobre la bandera cuando todavía no se habían completado 10 minutos de acción.

Un doble golpe tan prematuro tiene la ventaja de que es mayor el tiempo restante para devolverlo. Al fin y al cabo, Los Pumas le habían ganado a Australia en el Championship 2014 tras sufrir dos tries en los primeros siete minutos. Tras ese cimbronazo inicial, el equipo se acomodó y se propuso jugar. Sin embargo, la ansiedad por subsanar los errores llevó a cometer otros, algunos hasta infantiles. Australia se impuso en el contacto y en los rucks, donde recuperó pelotas que utilizó para contraatacar a toda velocidad. La defensa “albiceleste” respondió con firmeza, pero faltaron variantes ofensivas para abrir espacios en el muro amarillo. Ashley-Cooper tuvo otra y no perdonó. Por fortuna, “Cachorro” usufructuó cada penal y mantuvo a Los Pumas a tiro en el parcial(19-9).

La marca a presión de Australia invitaba a probar con kicks a la espalda, pero Argentina prefirió jugar con las manos. No resultó. La defensa de los océanicos fue un acertijo irresoluble para Los Pumas, que llegaron a acercarse en varias ocasiones, pero fallaron en los últimos metros. Y el desgaste comenzó a jugar su papel. Los cambios ayudaron a disimular que la tropa de Daniel Hourcade, que venía de una feroz batalla ante Irlanda, estaba físicamente acabada desde la mitad del segundo tiempo. Los últimos 15 minutos fueron una muestra de entrega y corazón que conmovió hasta al más duro. Fue tacklear, levantarse y seguir tackleando. Para entonces, Australia ya había resignado su ataque y se aferraba a sostener su ventaja de siete puntos a como diera lugar. Si llegó el hat-trick de Ashley-Cooper fue porque de alguna manera milagrosa Drew Mitchell logró zafar de los tackles argentinos y le dejó servido el try al 14. Un final que Los Pumas no merecían.

De todas maneras, el Mundial todavía no ha terminado. Hay que levantar la cabeza y seguir peleando.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios