Un perfume especial en las palabras prohibidas

02 Octubre 2015

HUGO ADRIÁN FERNÁNDEZ

Licenciado en Letras - Autor de la tesis "Prácticas discursivas y socioculturales en torno de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota"

Escribir sobre la poesía alada, la palabra-pensamiento de Indio Solari, exige un ejercicio almístico agradable y depravado: ha roto los límites del anquilosado lenguaje burgués de su época, armando rompecabezas verbales, exhumando cadáveres literarios y retazos de cultura, desechados por los policías de la gramática y los escribas hegemónicos, a sabiendas de que en las palabras prohibidas está el perfume de la tempestad.

Y así lo entendieron, allá lejos y hace tiempo, los desheredados de la tierra, desangelados de siempre, pajaritos, bravos muchachitos, que en dionisíacos festines acuden a cada llamado (como el de esta noche) para celebrar la palabra-oráculo que agita banderas, como corazones, en cualquier esquina.

Amores, sueños y pesadillas, dolores y anhelos, dicciones y contradicciones, laberintos y angustias, filosofías, virgencitas y héroes del whiskey, pooles, avernos y papusas en dislocado orden de aparición, marchan en esta murga-purga hace más de 40 años; refritos de una cultura que Indio ha recreado con chamánica maestría, generando un espejo incómodo, deformante y mordaz y cumpliendo, con arrojo militante, el mandato originario y esencial del rock and roll: ser la mosca en la sopa, el hecho maldito en el país burgués.

Cualquier parecido con el peronismo, afirma quien esto escribe, no es mera coincidencia.

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