BUENOS AIRES.- La presidenta
Cristina Fernández anunció esta tarde, a través de su cadena nacional número 40, el envío al Congreso Nacional de un proyecto para institucionalizar la fabricación y desarrollo de industria satelital argentina. Lo hizo tras celebrar el
exitoso lanzamiento, desde la Guayana francesa, del Arsat-2, el segundo satélite geoestacionario diseñado y construido en el país.
Desde la Casa Rosada, la mandataria remarcó que el proyecto de ley tendrá entre sus objetivos "proteger las posiciones espaciales de la Argentina, construir satélites y desarrollar servicios satelitales". Además especificó que el proyecto prevé la declaración "de interés publico el desarrollo industrial satelital como política de Estado y la creación del plan geoestacionario argentino 2015-2035".
El satélite Arsat-2 fue lanzado esta tarde desde el puerto espacial de Kourou y tiene como objetivo mejorar los servicios de televisión, internet, datos y telefonía IP, al mismo tiempo que permitirá exportar contenidos audiovisuales a todo el continente, informó la agencia Télam.
"Compartimos junto a ustedes, los 40 millones de argentinos, la fuerza de ese satélite, que tiene una energía, la fuerza de los 40 millones de argentinos de la Argentina que definitivamente ha despegado", manifestó la Presidenta.
Durante su discurso, Cristina recordó al mandatario
Néstor Kirchner, quien en 2003 tomó la decisión de involucrarse con la construcción de satélites para no perder las órbitas 72 y 81 oeste, que la ONU le había asignado al país. "Por la privatización del espectro espacial estuvimos a punto de perderlas", destacó la mandataria.
Previamente, la jefa de Estado mantuvo una videoconferencia con el ministro de Planificación Federal,
Julio De Vido, quien encabeza la comitiva argentina en la Guayana junto al titular de Arsat,
Matias Bianchi.
El Arsat-2 será liberado a 250 kilómetros de altura a una velocidad cercana a los 30.000 kilómetros por hora y desde allí sera dirigido hasta su órbita final, a 36.000 kilómetros de la tierra por los técnicos de la estación terrena de Benavídez, en un proceso que durará cerca de tres semanas. La construcción del satélite costó unos 200 millones de dólares.