La mejor actuación de Los Pumas fue en París 2007

La mejor actuación de Los Pumas fue en París 2007

Entonces conquistó la medalla de bronce y le ganó dos veces al seleccionado anfitrión.

DEJÓ SU HUELLA. Marcelo Loffreda estuvo al frente de Los Pumas, que perdió un solo partido en la Copa MUndial de 2007.
FOTO DE ARCHIVO DEJÓ SU HUELLA. Marcelo Loffreda estuvo al frente de Los Pumas, que perdió un solo partido en la Copa MUndial de 2007. FOTO DE ARCHIVO
17 Septiembre 2015

LONDRES.- El paso de Los Pumas por los mundiales de rugby fue de menor a mayor hasta 2007, cuando logró la medalla de bronce, para luego bajar un poco la vara en el certamen siguiente al caer en cuartos de final ante Nueva Zelanda, que no dejó de ser una buena actuación.

Al primer Mundial, disputado en 1987 en Nueva Zelanda (donde Los Pumas jugaron sus tres partidos) y Australia, los argentinos llegaron con la convicción de que llegar a los cuartos de final era, prácticamente, un mero trámite. Se sabía de antemano que vencer a los All Blacks en su tierra era una misión prácticamente imposible, más allá del buen empate que había conseguido en cancha de Ferro en 1985, en el que es el único partido sin derrotas ante los "hombres de negro" hasta el momento.

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Pero Fiji e Italia parecían adversarios muy accesibles. Después en la cancha la historia fue bien diferente, sobre todo ante los isleños, que el debut le dieron una paliza 28-9 a los argentinos dirigidos por Héctor Silva y Ángel Guastella. Luego llegó un ajustado triunfo sobre Italia 25-16 con un memorable try del "Aguja" Gómez.

En el último partido los All Blacks ganaron 46-15 y Argentina solo pudo hacerle un try de los cuatro que necesitaba para pasar a cuartos. El paso por los certámenes de 1991, en Gales, y 1995, en Sudáfrica, no fue mejor. Quizá se creció en el juego, pero los resultados no se dieron y el representativo nacional quedó eliminado con tres caídas al hilo. Australia, Gales y Samoa fueron los verdugos en el '91, en tanto que Inglaterra, Samoa e Italia lo fueron en Sudáfrica, en el primer torneo ecuménico que contó con los Springboks en su fixture tras la desaparición del Apartheid.

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La primera alegría

La primera alegría para Los Pumas tuvo lugar en la Copa del Mundo de 1999. El equipo no había llegado de la mejor manera, ya que tras una dura derrota ante Gales en Ferro, había dejado de entrenar al equipo José Luis Imhoff, y al poco tiempo, José Javier Fernández y Héctor Méndez, quienes se habían hecho cargo del equipo, también renunciaron. A poco del inicio del certamen fue nombrado como entrenador el neocelandés Alex Wyllie y las expectativas de hacer un buen papel parecían remotas.

Pero los conflictos externos terminaron por unir al grupo, que tras dos mundiales sin éxitos volvió al triunfo y además cruzó por primera vez la fase inicial. Una derrota ante Gales, el anfitrión, en el partido inaugural generó malos augurios, pero un gran triunfo ante Samoa terminó de encaminar a los rugbiers argentinos, que demolieron a Japón y luego superaron a Irlanda en un partido inolvidable, con un formidable try de Diego Albanese y heroicos 8' de descuento defendiendo en las últimas cinco yardas para eliminar al "Equipo del Trébol" en Lens.

Por eso la posterior derrota ante Francia en cuartos de final fue menos dolorosa. Algo había empezado a cambiar en el rugby argentino. La llegada como entrenador de Marcelo Loffreda fue auspiciosa, ya que el equipo, entre el 2000 y el 2003, cumplió excelentes partidos, venciendo en varias oportunidades a Francia, buenos partidos ante los All Blacks y las otras dos potencias del hemisferio sur.

Sin embargo en Australia no se pudo ratificar ese buen momento. Después de tres lógicos resultados (caída ante el local y cómodos triunfos ante Namibia y Rumania), el plantel viajó a Adelaida para enfrentar a Irlanda en el partido que definiría su futuro. Y tras un primer tiempo en el que no se supieron capitalizar varias oportunidades propicias y un segundo tiempo equilibrado, Los Pumas cayeron 16-15 y quedaron afuera en medio de rumores que hablaban de un plantel fragmentado.

Los líderes de ese grupo se reunieron en Europa a fin de año y decidieron unirse para dejar otra imagen en 2007 en París. La UAR tuvo el tino para ratificarle la confianza a Marcelo Loffreda y cuatro años más tarde se vieron los resultados. En esa Copa del Mundo se vio lo mejor de Los Pumas, con un Juan Martín Hernández brindando sus mejores partidos con la camiseta celeste y blanca y con un equipo que no tuvo fisuras. Sólo cayó ante Sudáfrica, que luego sería campeón del mundo. Pero le ganó dos veces a Francia, en París, la misma cantidad de triunfos que se habían logrado ante los galos como visitantes hasta ese instante de la historia.

Y además se sacó de encima a rivales molestos como Irlanda y Escocia. Fue una hazaña difícil de repetir. Y no se pudo calcar en Nueva Zelanda, donde, de todos modos, el equipo argentino realizó una tarea mucho más destacada de la que muchos esperaban. "Escuché en Argentina que gente del rugby decía que íbamos a perder los cuatro partidos", señalaba Mario Ledesma tras la clasificación a cuartos de final.

Escasas expectativas

Eso marca las pocas expectativas que había en un equipo que superó las contingencias que se le presentaron a lo largo del certamen y terminó siendo eliminado en cuartos de final por el campeón, Nueva Zelanda. Una ajustada derrota ante Inglaterra en Dunedin abrió la participación albiceleste en esa Copa del Mundo, una caída digna pero dolorosa por las lesiones sufridas por Gonzalo Tiesi, quien debió abandonar el torneo, y Felipe Contepomi, quien se perdió el partido siguiente y debió jugar con un protector ante Escocia al no recuperarse definitivamente de esa dolencia.

Un claro triunfo ante Rumania en la fría Invercargill y un agónico éxito ante Escocia en la lluviosa Wellington con el recordado try de Lucas González Amorosino abrieron el camino a cuartos de final, que se selló con un complicado triunfo ante Georgia en Palmerston North. Luego vino la caída ante Nueva Zelanda en el Eden Park de Auckland, pero la misión ya estaba cumplida.

Esa buena actuación terminó de abrir el camino al Rugby Championship, el trampolín que necesitaba el seleccionado nacional para volar cada vez más alto. Varios integrantes del equipo que cumplió en la tierra de los All Blacks intentarán seguir creciendo en un certamen que se perfila para ser el mejor de la historia, por el clima que se vivirá en el país donde nació el rugby y por la calidad de los participantes. Y Los Pumas tienen todo para ser protagonistas. (DyN)

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