Los libros de imágenes tienen hoy un altísimo grado de calidad gráfica. Los materiales que se usan permiten una reproducción muy detallada y fidelísima. Los tipos de papel en los que se puede imprimir, los varios modos de impresión, las cantidades de tintas son, en comparación al pasado, muchísimas. Para los bibliófilos amantes del arte, los ejemplos más contundentes en calidad y precios accesibles son las colecciones de las editoriales Taschen y Phaidon.
Pero retrocedamos en el tiempo y nos mantengamos en nuestros estrechos límites territoriales.
Llegando a 1870, el gobierno de Federico Helguera encargó al jurista Arsenio Granillo la confección de un volumen que diera cuenta del prometedor estado de la provincia. La intención era presentarlo en la Exposición Nacional de Córdoba de 1871. El trabajo se tituló “Provincia de Tucumán, serie de artículos descriptivos y noticiosos”. La publicación se concibió como un documento que registraba la provincia desde sus aspectos más variados: geográficos, históricos, productivos y, colmo de lo particular, su información se dispuso no sólo en textos y en cifras, sino en los documentos visuales más novedosos de la época: las fotografías.
Para ello Granillo usó fotografías tomadas por un fotógrafo de origen italiano que se había radicado en la ciudad en la década pasada, Angel Paganelli. Se mostraban diferentes calles y edificios de la ciudad, y algunas de haciendas e ingenios del campo. Entre ellas se cuenta uno de los hitos de la fotografía argentina del siglo XIX, el frente de la Casa Histórica, con dos personas sentadas en su vereda. Toma que, se piensa, fue realizada entre 1868 y 1869.
Como todavía faltaban varios años para que las imprentas pudieran reproducir fotografías, tuvieron que ser pegadas, a mano, en las hojas correspondientes. Comenta Roberto Ferrari, especialista en historia de la fotografía en Argentina, que el libro de Granillo “se encuentra entre las primeras diez publicaciones argentinas” con fotos montadas, de las que existieron apenas más de cien.
Trabajo artesanal
Hacer fotografías era verdaderamente trabajoso. Las cámaras eran aparatos incómodos, con todos sus accesorios alcanzaban unos diez kilos de peso y, para hacer las tomas, debía trasladarse toda la parafernalia maquinal hasta el lugar donde se consideraba se podía obtener el punto de vista más “descriptivo” y esperar las horas del día con mayor cantidad de luz.
La técnica que se usaba era la de la albúmina: luego de la toma y el revelado, el negativo, un rectángulo de vidrio de unos 15 x 12 cm, se colocaba sobre el papel a la albúmina. Como el proceso de copia era por contacto, la transferencia de la imagen al papel se realizaba en el mismo tamaño del negativo.
Pero el trabajo de Paganelli para este libro, no quedó sólo en la factura fotográfica, sino que se extendió al montaje de las imágenes en las páginas correspondientes… ¡Una por una, en cada libro!
Según Ferrari se trató de una tirada total de unos 300 libros, de los cuales unos 100 pueden haberse presentado con imágenes, Cada uno de estos contaba con 21 fotos pegadas con engrudo. Haciendo cuentas nos da un total de 2100 “copiadas, reveladas, fijadas, recortadas y pegadas, toda una tarea para el estudio de Paganelli que quizás contase a lo sumo con un ayudante”.
Finalmente, no se pudo cumplir con el tiempo estipulado para llegar a la exposición cordobesa y el libro terminó siendo publicado al año siguiente, en 1872.
Hoy, según la investigación del especialista, no hay muchos disponibles. A varios se le extrajeron fotos para exhibirlas o para venderlas por separado. No conocemos la exacta cantidad que se conservan en Tucumán, pero un ejemplar se encuentra en el museo Casa de la Independencia, o sea en la Casa Histórica, y otro en una colección privada, que fue digitalizado por el laboratorio del ISES-Conicet. Es el que usamos de referencia para esta nota. Cuenta con 19 imágenes.
En el diario local “La Razón” del miércoles 28 de mayo de 1873, un aviso ofrecía: “La Provincia de Tucumán, por el Dr. Arsenio Granillo. Esta obra perfectamente impresa y adornada de preciosas láminas está en venta en esta imprenta, en la botica Massini y en la librería de París - Precios: con láminas - 9 pesos; sin láminas: 3 pesos.”