Los obreros de la cortada de ladrillos de Las Talitas vivían en cuartos sin baño ni cocina

Las víctimas declararon en cámara gesell y describieron las condiciones precarias de sus viviendas y cómo era el régimen laboral El fiscal federal Camuña pidió que los dueños del predio sean citados a prestar declaración indagatoria. “Si no se trabaja, no se cobra”, dijeron los damnificados

DURANTE EL ALLANAMIENTO. Personal de la Protex registró quienes eran los obreros que vivían en la cortada de ladrillos ubicada en Las Talitas. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI DURANTE EL ALLANAMIENTO. Personal de la Protex registró quienes eran los obreros que vivían en la cortada de ladrillos ubicada en Las Talitas. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI
18 Junio 2015
Las habitaciones están hechas con ladrillos asentados en barro. El techo es de chapa y el piso de tierra. En ese espacio de tres por tres metros, duermen, cocinan, comen, se bañan. Para cocinar usan leña y a falta de baño, la higiene hay que realizarla utilizando un tacho con agua que se provee con una manguera de plástico. Tienen un solo foco y un solo enchufe.

La descripción de estas habitaciones bien podría estar dentro de un informe sobre las condiciones precarias en la que viven ciertas comunidades del interior argentino, alejadas de los grandes centros urbanos. Pero el lugar se encuentra a escasos nueve kilómetros de la capital tucumana, sobre la ruta provincial 305, en Las Talitas. Es la cortada de ladrillos que funciona en un predio que es propiedad de Héctor Adrián Daguero, conocido como “Chochón”, y los cuartos son los lugares en los que vivían algunos de los 31 obreros que habrían sido explotados laboralmente.

El detalle de las condiciones de vida fue brindado por los damnificados en las declaraciones que brindaron en cámara gesell, y que motivaron que el fiscal federal N° 2, Pablo Camuña, le pidiera al juez federal Fernando Poviña que cite a prestar declaración indagatoria a “Chochón”, a su hermano Cristian Esteban Daguero y al padre de ambos, Néstor Héctor Daguero.

El 1 de junio a la tarde, Gendarmería Nacional había allanado el predio para comprobar las condiciones en las que trabajaban, luego de una denuncia que había presentado el titular de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), Marcelo Colombo.

A pisar descalzo

VCC (iniciales de las una de las personas que declaró en cámara gesell como víctima de presunta trata) tiene 56 años y lleva la mitad de su vida haciendo ladrillos. A los 23 años comenzó trabajando para el padre de “Chochón”, y desde hace seis que vive en el predio de Las Talitas.

El obrero se levanta todos los días a las 4 y la labor consiste en “picar la tierra, mojar, echar bagazo, pisotear descalzo ya que con zapatilla no se puede, al otro día volver a pisar y utilizar la carretilla hasta la mesa para mojar el molde”. Tres veces tuvo que ir al hospital: una por una infección respiratoria, otra urinaria y la tercera por una insolación, de acuerdo a su declaración.

En la cortada de ladrillos no hay tiempo para tomarse días de descanso. Así lo sostuvieron los obreros. Si no se trabaja, no se cobra. Si están enfermos y no tienen dinero para subsistir, les prestan plata. Y cuando se recuperan, los ladrillos que producirán serán para devolver el préstamo. DAB es uno de los obreros que relató este esquema. Si llueve, se pierde de trabajar. Si llueve toda la semana, los sábados les prestan $200 o $ 300 y cuando vuelven a trabajar les descuentan.

Los nombres completos de los obreros víctimas de explotación laboral deben mantenerse en reserva para su protección, según lo determinado por la ley contra la Trata de Personas. Los relatos que dieron en el marco de la causa judicial probarían las condiciones precarias en las que vivían en la cortada de ladrillos.

La cama en la que duerme MSA, por ejemplo, está hecha con una tabla de madera que le prestaron. Para sostenerla y no ubicarla sobre el suelo, puso ladrillos. Trabaja de lunes a sábado, y nunca sale de la cortada de ladrillos porque no tiene dinero. De hecho, una semana antes de que declare en cámara gesell había fallecido su madre, pero no pudo viajar al velorio por falta de dinero.

Informe de un CAPS

La causa se abrió por una denuncia que en septiembre del año pasado realizó Colombo. La Protex había recibido seis meses antes la información de que en una cortada de ladrillos de Las Talitas se explotaba laboralmente a varias personas, y que muchas de ellas se encontraban en condiciones inhumanas de vivienda y trabajo.

La información había llegado a través de unas planillas de un Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS) de la zona. “En esas planillas, que recibimos de manera anónima, se describen las viviendas y situaciones muy precarias de trabajo”, informó Daniel Weisenberg, funcionario de la Protex tucumana.

Cuando se había producido el allanamiento, el abogado Juan Carlos Valor llegó al lugar y aseguró a la prensa que Daghero sólo arrienda las tierras en la que está la cortada, y que no tiene responsabilidad en las condiciones de vida y el trabajo de las personas que allí residen. Los obreros y sus familias fueron asistidos por los psicólogos y trabajadores sociales de la fundación María de los Ángeles, comentó el abogado Agustín Aráoz Terán.

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