“El Flaco” Simón, un gran capitán para Cardenales

El de Juan Simón es un caso típico de personalidad dual. Dentro de la cancha es un líder que impone su carácter y entiende como pocos la diferencia entre ir al frente e ir al choque. Fuera del campo, profesa un bajo perfil que lo lleva a no hacer alarde de los honores que le corresponden como capitán del primer equipo tucumano en conquistar el Torneo del Interior.

“Honestamente, no me importa tanto eso. Lo que verdaderamente disfruto es ser capitán de este equipo. Me alegra formar parte de este club y poder compartir este título con los que yo considero mis amigos, más que mis compañeros”, destaca el tercera línea, quien sin estar entre los mayores del equipo, es uno de los más representativos.

“Una final es una final y la experiencia, sin dudas, tiene su peso pero no creo que sea determinante. A las finales las ganan los equipos que están más concentrados, que se equivocan menos que su rival. Por más que hayamos tenido varios jugadores de experiencia dentro de la cancha, lo que nos llevó a ser campeones fue la convicción. Realmente, estábamos convencidos de que podíamos ser campeones”, postula “El Flaco”.

Prueba de ello, según sus palabras, fue que Los Tordos no pudo quebrar la resistencia de la “cruz negra” incluso con dos jugadores más sobre el final. “Sacamos fuerzas de donde no había, porque estábamos muy cansados. Defendimos como sabemos: poniendo el hombro, tackleando, contrarruckeando. Esa garra que caracteriza a Cardenales nos llevó a ganar”, analiza el capitán, escéptico ante rituales de naturaleza esotérica: “¿Promesas? No hice ninguna, salvo la de divertirme todo el año. Y qué mejor manera de hacerlo que con amigos y ganando un campeonato nacional. Al año le falta mucho, y hay que mantener esa idea de ganar, pero sin dejar de divertirnos”.