Quiso arreglar una cañería rota y encontró un tesoro

Quiso arreglar una cañería rota y encontró un tesoro

Un vecino de Lecce hizo una excavación en su casa y descubrió un rico yacimiento arqueológico. Jim Yardley / The New York Times.

HISTORIA. Así lucen las ruinas que están debajo de lo de Faggiano. Davide Monteleone / The New York Times HISTORIA. Así lucen las ruinas que están debajo de lo de Faggiano. Davide Monteleone / The New York Times
08 Mayo 2015
Todo lo que Luciano Faggiano quería cuando compró el edificio en el número 56 de la vía Ascanio Grandi (en Lecce, Italia) era abrir un restaurante. Quería operar la trattoria en la planta baja y vivir arriba con su familia.

El único problema estaba en el baño. El drenaje se desbordaba continuamente. Así fue que Faggiano reunió a sus dos hijos mayores para que le ayudaran a cavar una zanja y revisar la tubería. Calculó que la obra le iba a tomar una semana. Pero no fue así. “Encontramos corredores subterráneos y otras habitaciones, así que seguimos excavando”, contó Faggiano, de 60 años. “En lugar de una semana, la excavación duró siete años”, agregó.

La búsqueda, que empezó en 2000, se convirtió en un relato familiar de obsesión, de descubrimiento y de burocracia italiana. Encontró un mundo subterráneo que se remonta a antes del nacimiento de Cristo: una tumba mesapia, un silo romano, una capilla franciscana e incluso grabados de los Caballeros Templarios. Lo que iba a ser su restaurante se convirtió en un museo.

Italia es una montaña de historia, con imperios y civilizaciones antiguas construidas unos encima de otros como capas de un pastel. Los agricultores desentierran aún cerámica etrusca mientras aran sus tierras. Los sitios de excavación son comunes en ciudades antiguas como Roma, donde las reliquias subterráneas protegidas han entorpecido por años los planes para ampliar el sistema del subterráneo.

Ubicado en el talón de la bota italiana, Lecce fue alguna vez una encrucijada crítica en el Mediterráneo codiciada por los invasores griegos, romanos, otomanos, normandos y lombardos.

“Las primeras capas de Lecce datan de los tiempos de Homero, o al menos eso es lo que dice la leyenda”, contó Mario de Marco, un historiador local. Agregó que los invasores se sentían atraídos por la ubicación estratégica de la ciudad. Severo Martini, miembro del Concejo Municipal, explicó que las reliquias arqueológicas aparecen regularmente y que suelen representar un dolor de cabeza para la planificación urbana.

Después de observar a la familia Faggiano acarrear escombros todos los días, los vecinos empezaron a sospechar y notificaron a las autoridades. Los investigadores llegaron y clausuraron las excavaciones. Faggiano respondió que solo estaba buscando una tubería dañada.

Pasó un año. Finalmente, se le permitió reanudar la búsqueda de la tubería con la condición de que funcionarios del patrimonio cultural observaran las obras. Pronto surgió un tesoro subterráneo: la familia descubrió antiguas vasijas, botellas devocionales romanas, un anillo antiguo con símbolos cristianos, artefactos medievales y frescos ocultos.

“La casa de Faggiano tiene capas que son representativas de casi toda la historia de la ciudad, desde los mesapios hasta los romanos, desde la época medieval hasta la era bizantina”, dijo Giovanni Giangreco, un funcionario del patrimonio cultural, ahora retirado, involucrado en la supervisión de la excavación.

Hoy, el edificio es el Museo Faggiano y funciona como es un museo arqueológico independiente autorizado por el gobierno de Lecce.

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