Cartas de lectores
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29 Abril 2015

“¡QUÉ BURRO!”

¡Qué burro! Así le dicen a alguien que es duro de entendederas. Es una ofensa. Sí, una ofensa al pobre burro. Desde chicos, nos enseñan que es un animal tonto. Craso error. En estado salvaje, el burro sabe cuidar muy bien su pellejo, la mejor señal de que no es tonto. Trate de agarrar uno y verá. Y dicen que es feo. ¡Por favor! Dígale a una burra que su hijito es feo y verá la patada que le da por tal atrevimiento. Hablando de burras. Tuve una vez la suerte de ver un hermoso espectáculo en Jujuy. Para ascender el cerro Chañi, íbamos bordeando el río León. No se veía ningún rancho. Cerca del río estaba una burra. Su pequeño hijo daba alegres saltitos a su alrededor, mordisqueándola con picardía. Enternecía su paciencia, ya que aguantaba estoicamente las ganas de jugar de su bebé. Sí, el burrito es juguetón, como otros cuadrúpedos cachorros. Por algo, Juan Ramón Jiménez nos cuenta cómo Platero jugaba con su perra Diana, con la vieja cabra gris, y con los niños. No es del todo una fantasía poética. El que apela a la presunta fealdad del burro, es G. K. Chesterton. En su poesía “El asno”, este dice como protagonista: “Con la cabeza enorme, las orejas/ como alas y el rebuzno que sabéis/ entre cuantos cuadrúpedos existen/ soy la mejor parodia de Luzbel”. Pero la poesía termina con el burro exultante contando que, así como es, tuvo su hora de gloria, ya que montado en él Jesús llega a Jerusalén, y camina “sobre un mar de palmas” a sus pies. En el pesebre es infaltable el borrico, puesto ahí, cerquita del buey. El pesebre es una idea de San Francisco de Asís. Viene al caso, pues, destacar que la edición del año 2012 del “Frate Indovino”, el almanaque de los franciscanos, estuvo dedicada “al elogio del burro, a la reivindicación de los últimos”. Compasivo gesto. En el campo es un animal muy servicial. El erkero y poeta jujeño Fortunato Ramos -en su libro “Colla”- hace esta simpática descripción: “Panzón, de rostro alargado, orejas grandes, patas delgadas y cola chasca, parece que hasta la naturaleza se ensañó con él”. Lo alaba por lo fuerte. Cuenta que puede llevar hasta 80 kilos “más un soborno” (carga extra que se pone en el lomo). Dicen que en la montaña, de los portadores es el más confiable. Es muy gaucho. El hombre de campo se encariña con su burro, y tiene una intensa comunicación con él. Eso lo expresó con humor Quino, en una viñeta publicada en el diario hace mucho, en la cual se ve al campesino sentado contando sus cuitas a su burro. En un viejo librito de poesía gauchesca, Boris Elkin nos regala un verso titulado “Mi burro cenizo”. Alguien le quiere comprar al campesino el burro, y este le contesta: “Como vo’a venderle/ mi burro cenizo/ si más que de burro/ lo tengo de amigo”. Sí, en el campo sobre todo -y en algún solitario rancho perdido en la montaña lo pude apreciar- impacta fuertemente la relación hombre-animal portador. Impresiona el apego, si se quiere, la fraterna convivencia. Para terminar destaco esta llamativa nota que apareció en el diario: en Amaicha, “el desfile en burros robó los aplausos” (16/2), que es lo que me dio la idea de hacer este panegírico. Tal evento me hizo recordar esta original iniciativa de los cordobeses: desde hace varios años realizan en Mina Clavero un Rally de Burros. He leído -en un diario porteño- que se ha hecho tan popular, que ya asisten miles de espectadores y llevan competidores desde otras provincias. El burro no tendrá la estampa de su pariente el caballo ni la variedad de pelaje. Pero así como es, de un gris tristón y desgarbado, despierta simpatía y se hace querer.

José E. Santillán
Lizondo Borda 1.137
San Miguel de Tucumán


ESE “HUMANITO”

No era el prolegómeno multitudinario del clásico futbolero local, aglutinando pasiones en la vereda del estadio. No era esa serpiente multicabezas pugnando por una entrada para ver al equipo de sus amores. Tampoco se trataba de la convocatoria compulsiva de un político compravotos, ofreciendo al crédulo rebaño un cóctel efectivísimo de promesas variopintas. No era la vereda de la Anses poblada de rostros urgentes ni la del PAMI pisada con levedad por los viejos de mirada perdida y mentes atormentadas de burocracia. Tampoco era la procesión mensual de los cobradores de planes frente a los exhaustos cajeros automáticos. No había necesidad material en el génesis de la convocatoria ni era el llamado visceral surgido por el amor a una camiseta. Extrañamente, la ordenada marea, esta vez, se desplazaba ávida hacia la puerta de un teatro. Esperaba con premura del sediento que intuye un oasis a la vuelta de cada minuto, que las puertas del teatro Alberdi dieran paso a sus ansias contenidas. Adentro del templo, la cultura decía presente, pero no el intelectualismo exacerbado ni el discurso elitista, seleccionador de oídos y espíritus. En el escenario, habitualmente reservado para otras vertientes, nos esperaba un pensador consecuente con su historia personal, profundo en sus aseveraciones, sutil en la elucubración de sus frases más festejadas y en el fino humor, como un precioso matiz. Estaba él, con su ironía dosificadamente ácida, esa que despierta el aplauso tardío porque el cerebro, primero digiere el manjar, y luego le ordena a las manos el aplauso. Su discurso fue un pañuelo dejado en el piso, con premeditada intención, para que el público lo recogiera y descubriera un mundo increíble de verdades y ficciones. En el escenario estaba Eduardo Galeano, el “humanito” (definición de su autoría que resume las virtudes y miserias de la especie que nos tocado en suerte), un pequeño semidiós vestido de palabras, palabras regaladas con la seda de su voz a un auditorio diverso, heterogéneo, que con el correr de los minutos se convirtió en un solo oído y en un solo corazón, sincronizado en sus latidos. La resultante maravillosa fue la comunicación cálida y enriquecedora entre dos amigos, café de por medio. La multitud, entonces, descubrió su rostro de asombro y agradecimiento , mirándose en “Espejos”, que Eduardo tan generosamente nos ofreció una tarde-noche inolvidable de octubre de 2010 en Tucumán.

César Guzmán
Uruguay 830
San Miguel de Tucumán

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EL TARCO

Concurro al taller “La naturaleza y el hombre” en el EPAM, donde me enteré que uno de los árboles que más representa a nuestra provincia, el tarco, está en grave peligro de extinción, como está sucediendo en el Litoral. Lo está secando una especie de chinche fitófaga (chupadora de savia), que llegó a Tucumán por el cambio climático que estamos experimentando. En Buenos Aires ya están combatiendo la plaga, ¿nosotros qué hacemos? En nombre de los que queremos a Tucumán y su hermosa flora tan sufrida y depredada, les pido a la Secretaría del Medio Ambiente, a la Sociedad Amigos del Árbol, a los políticos, ¡salven el tarco! No permitan que desaparezca. Él nos brinda sombra y hermosura cuando florece con su copa color cielo. La ciudad y su gente se los agradecerá.

Emma M. López de Rosso
Corrientes 415-piso 12
San Miguel de Tucumán

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DROGAS VIRTUALES

En relación con la denuncia de la Iglesia sobre el avance de las adicciones, LA GACETA del 23/4, deseo referirme a una quizás no considerada como tal. La moderna tecnología inventada para comunicarse se convirtió en una verdadera droga virtual. El tema de la propensión a los celulares y a internet está en aumento y esto se debe en muchos casos al mal uso que se les está dando. Esta adicción se ve en todas las edades, mayormente en los niños y adolescentes, provocando que los adictos a ella, se vuelvan solitarios y pierdan los vínculos humanos cara a cara y a las verdaderas interrelaciones sociales con personas físicas. A través de esta red de comunicación electrónica se puede tener acceso a las distintas fuentes de conocimiento, pero el uso descontrolado afecta la vida de los que se convierten en adictos y de sus seres cercanos. Estudios científicos aseguran que los motivos que llevan a caer en la dependencia que estas “drogas” virtuales pueden provocar son estados alterados de conciencia, la soledad, la inseguridad, problemas sentimentales, de trabajo, el aburrimiento por falta de otras actividades, desordenes psíquicos como depresión, complejos, ansiedad. Son algunas de las muchas causantes de esta inclinación, con el latente peligro de adquirir otras adicciones más peligrosas, como el alcohol, las drogas y otras formas para intentar huir de la realidad, resultando no solo un poderoso medio de comunicación, sino un medio grosero que tiende hablar a las emociones más que a la inteligencia, circunstancia que aprovechan personajes desaprensivos, delincuentes de toda índole, exponiendo a los niños, adolescentes y jóvenes de ser confundidos y maltratados por mentes inmorales y desequilibradas. El uso del celular y la computadora por niños y adolescentes en especial, en esta nueva modalidad de interacción, produce importantes cambios en la percepción del carácter de lo público y lo privado, donde lo privado se hace público sin que se dimensione el alcance a lo que se exponen en el uso sin preocupación a las consecuencias en el resguardo de la privacidad, que muchas veces limita con lo íntimo y que podría dar lugar a abusos. Lamentablemente algunos padres y educandos adormecidos, no parecen reflexionar acerca de la enorme capacidad de influencia que tienen sobre sus hijos, y no ponen todos los recursos en marcha para prevención y cuidado de las conductas de riesgo social poniendo límites. Cada vez estamos más conectados y menos comunicados. En esta sociedad cada vez más tecnológica no resulta fácil encontrar el término medio que nos permita convivir sin ser absorbidos por ella. Esta doble cara de la tecnología que, por un lado, beneficia, y por otro lado, dilapida el contacto cercano, el diálogo, sobre todo el que se produce en las reuniones familiares, el cotidiano beso a los hijos, el abrazo al amigo, la mano sincera que acaricia y contiene, la palabra de aliento, la sonrisa que contagia, las lágrimas que acompañan. Es indudable que estos avances tecnológicos nos ayudan a tenernos más comunicados, pero al mismo tiempo más incomunicados, esta es la paradoja. Pero decididamente ningún celular o internet generarán ese especial momento que nos produce el contacto directo, con los seres humanos.

Pablo José Giunta

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NUNCA DESCANSA

Roca, nuestro ilustre comprovinciano, nunca descansa. Al menos en esta página. Se lo sacude periódicamente, sea cual sea el tema que se esté tratando. Algunos se encargan de la tarea con especial empeño, como el lector Carlos Drube (28/4) que mezcla ahora el Bicentenario con la Campaña del Desierto, y cual ávido Shylock, le ha indexado el números de indios muertos en dicha campaña hasta 50.000. No le vamos a preguntar la fuente, porque él dice no tener que mostrarlas. Pero quiero decir que esta última Campaña de Roca, más allá de su muerte, está en plena ejecución. Que este postrer servicio a la patria vale más que la ley 1.420, el matrimonio civil, el primer proyecto de Código del Trabajo, los 8.000 kilómetros de vías férreas, y otros aspectos positivos que se le atribuyen. Como el Cid Campeador está ganando batallas después de muerto. Millones de millones de argentinos y argentinas comen por él, se visten por él, se curan teniéndolo a él en sus manos. Aunque cada día comen menos, se visten menos, se curan peor por cada imagen suya. Porque Roca, nuestro ilustre coterráneo, no se puede bajar del caballo, no lo dejan. Y si lo vemos está colorado de tanto cabalgar. Lleva sobre sus hombros toda la riqueza de los argentinos. Lo hace desde el cada vez más desvalorizado billete de 100 pesos. Por ese servicio postrero a la patria, hago un llamado a la solidaridad: ¡déjenlo descansar en paz!

Melitón Saldaño

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PROBLEMAS EN LULES

Pese al tiempo transcurrido de mis cartas del 27/8/08 y 22/5/12, no hubo soluciones ni explicaciones valederas. Ahora las reitero, aunque no en iguales términos. Correos: Toda la jurisdicción de Lules cuenta con unos 40.000 habitantes y una única sucursal del Correo (las estafetas fueron suprimidas), lo que hace que la prestación de los servicios se torne abrumadora para el escasísimo personal. Se forman colas extensas sobre la estrecha vereda deteriorada y peligrosa para acceder a una única máquina para pagos. Viajar en unidades que hacen el recorrido San Miguel de Tucumán-Lules y viceversa es una odisea. Habría dos soluciones: A) Agregar más unidades y ampliar los horarios. B) De no poder la empresa prestataria asumir lo dicho, que se autorice a otra a hacer conjuntamente idéntico recorrido. No puede haber monopolio. Creo que en camiones jaula los animales van mejor, pues su número está físicamente estipulado. Las autoridades no se preocupan por estos casos. Si mira, están abocadas más bien en “relojear” qué cargos ocuparán en el futuro. ¡Qué ironía! Ellas se trasladan en vehículos caros que, en cierto modo, el pueblo les permite poseer. Pertenecen a una “sui generis” monarquía democrática, ¿Y creen que la gente común tiene que servirlas?

Ramón Humberto Acosta

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LAS INUNDACIONES

En unos meses, las inundaciones quedarán en el olvido, tal como sucede en la provincia desde hace mucho tiempo. Si leemos LA GACETA de años anteriores, se confirma tal afirmación. Los ingenieros expertos en hidráulica, clima, ambiente, seguridad, urbanización, vierten su diagnóstico desde su punto de vista y luego este queda en el olvido. Sin lugar a dudas, estos tienen parte de la razón, si sumamos todos los conceptos tendremos identificado el problema de las inundaciones y con esto las alternativas de las innumerables soluciones a cada uno de los distintos sistemas. Es decir que lo que hace falta es tener memoria y trabajo en equipo, porque estamos hablando de la seguridad de personas. En los cauces de montaña, estos eventos son cíclicos, tal como ocurrió en 1999 en el río Chirimayo y el arroyo El Naranjal, cuando la población de Alpachiri se salvó de milagro. La crecida de ambos se produjo durante la noche y los que allí viven recordarán cómo se produjo el alerta y ahora, de nuevo, el mismo problema. Si observamos las imágenes satelitales y el lugar, se puede notar que está ubicada sobre paleocauces, por lo tanto estará siempre expuesta a estos eventos. Con las inundaciones de La Madrid pasó lo mismo, ¿qué se hizo desde aquel entonces? El río Marapa, desde el puente sobre la ruta 157 hasta su desembocadura, tiene aproximadamente 36 km y 20 m de desnivel, realizando la rectificación de dicho cauce se reduciría a 24 km ese recorrido, incrementando la pendiente, velocidad del agua y, por ende, su caudal. Sumado al estudio de toda la cuenca, nos permitirá evitar inundaciones y recuperar áreas agrícolas. Como experiencia de esto se puede citar al arroyo El Estero, en la localidad de Simoca. Todo tiene que ir en conjugación con todo, por ejemplo, los bosques de galería de nada sirven si los cauces no se mantienen, con la sedimentación o con alguna obstrucción natural, con seguridad se desbordarán a pesar del bosque. Los distintos organismos del Estado deben tener una variedad de estudios de las cuencas, para su concreción se necesita de una decisión política que trascienda los cuatro años, que se constituya una política de estado, mas allá de un mandato. El día que se comience a transitar este camino, podremos decir que habrá esperanza para los inundados.

César Osvaldo Touceda
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COLECTIVO A ALDERETES

Vivo en el barrio Santa Isabel, de la ciudad de Alderetes. Es un barrio al que se accede a través de la empresa La Nueva Fournier (línea 122) que cubre el recorrido al barrio San Jorge. Es una vergüenza subir a los coches sucios, ni hablemos de los asientos que a veces, digo, que cuando les echan un poco de agua uno se moja todo al sentarse debido a que la cuerina está rota y se filtra el agua por allí. Para qué vamos hablar del horario, nunca lo respetan. Me quejo sobre todo porque muchos de los niños y jóvenes que concurren a los diferentes establecimientos escolares tienen un horario de entrada, ellos esperan el colectivo dentro de los horarios establecidos por la empresa; los que trabajamos nos vemos perjudicados, ya que tenemos que caminar hasta la avenida Rivadavia para allí esperar un colectivo que nos deje en horario en los trabajos o establecimientos escolares, respectivamente. Hace poco, el colectivo realizaba el recorrido por la calle Urquiza y terminaba el recorrido en el paredón que tiene Sevillanita allí; ahora entra al revés, al salir del barrio San Alberto cruza la autopista Perón e ingresa por la calle alternativa que tiene Sevillanita, sale sobre la calle Urquiza y se queda allí haciendo tiempo sin que importen los pasajeros. Después de la prolongada pausa que se toma el chofer, reanuda su marcha para levantar los pasajeros que están esperando, mientras los demás se van bajando. A pesar de las protestas de los pasajeros, el chofer hace oídos sordos y su contestación es: “si está apurado, váyase caminando”. ¿Cómo puedo irme caminando a mi casa cuando he pagado un pasaje? No me llevan gratis. Estoy pagando un servicio que no me lo están brindando, máxime ahora que es muy peligroso por la falta de seguridad en la zona. Si la empresa no puede cumplir con el recorrido que dé lugar a otra para que entre al barrio.

Andrea del Rosario Medina
Juan B. Justo 635, Barrio Santa Isabel
Alderetes


HIGIENE Y SEGURIDAD

El 21 de abril se festejó el Día de la Higiene y Seguridad en el Trabajo de la República Argentina y coincide tal designación, con la fecha de promulgación del Decreto Ley 19587/72. Tanto en nuestro país como en Tucumán, esa fecha pasó prácticamente inadvertida. Festejar este día es una muestra de la sensibilidad que debe existir, tanto a nivel nacional como provincial, sobre la preservación de vidas y de bienes en función productiva y es también el renovar cada año la firme convicción de contribuir por todos los medios posibles, a la prevención de accidentes y enfermedades del trabajo, un hecho por demás significativo, dada sus implicancias de carácter económico y social. El Estado, las empresas (públicas y privadas), las organizaciones gremiales, los profesionales y técnicos, saben que esta tarea de todos para el bien de todos, es un beneficio para el ser humano, las fuentes de trabajo, la sociedad y para el país. La meta debe ser entonces, neutralizar, eliminar y/o controlar todas las posibles causas de accidentes y adoptar en todo lugar, a todo nivel y en cualquier circunstancia una actitud y un procedimiento seguro para el logro de tales objetivos. Debemos tomar conciencia de que la prevención es el único camino para evitar el lamentable efecto de los infortunios en ocasión del trabajo y que la toma de conciencia de cada persona debe expresarse en su operatividad, el quehacer diario y formar parte integrante de su propia personalidad. Debemos incorporar la seguridad como un valor personal.

Juan Francisco Segura
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EL BICENTENARIO

No creo que deban ser tomadas muy en serio las declaraciones del señor Ricardo Forster, tratando de relativizar la magnitud de la fecha del 9 de julio de 1816. Este funcionario, titular de una Secretaría de nombre muy largo, que bien podría resumirse en uno más breve y orwelliano como Secretaría del Pensamiento Único, parece que pretende cambiar la historia. No me extrañaría que más adelante relativizara también el 25 de mayo de 1810 y pretendiera fijar como fecha fundacional de la patria la de la asunción de Néstor Kirchner como presidente. La inmortal Acta de la Independencia redactada en castellano, quechua y aymara, basta para dar cuenta de la magnitud americana de aquella gesta. Lamento profundamente que la UNT, como trascendió, se preste a este absurdo debate.

Eduardo Severo Gerez
[email protected]


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