

Jessica Lucas - Especialista en finanzas personales
En esta etapa del año se suele destinar un importante porcentaje de los ingresos al equipamiento escolar. Este proceso decisorio, para asignar de manera óptima los recursos, conduce a una situación de estrés significativo en el ámbito familiar. Entre la urgencia del comienzo de clases, las listas que enviaron los maestros y las búsquedas de precios, no queda tiempo para analizar las necesidades en detalle.
Equipar a un niño o a un joven para la escuela no significa comprar absolutamente todo. Economizar implica asignar recursos escasos en distintos destinos. Por ello, comprar cosas innecesarias, no es administrar bien el dinero. En este sentido, la necesidad de mantenernos todo el tiempo consumiendo atenta contra los bolsillos y no permite distinguir lo necesario de lo que impone el mercado.
Es importante enseñarles a los chicos la importancia de postergar los deseos, a la espera de una retribución mayor. Esto generará en ellos una conducta de ahorro. Está de más decir que los chicos copian comportamientos de los padres. No comprarles bienes materiales en exceso no tiene significa un vínculo afectivo débil.
Ser buen administrador no es sólo administrar en abundancia. Las capacidades se desarrollan cuando son puestas a prueba y esto significa administrar bien en épocas de mayores recursos, para estabilizar el consumo cuando la economía no acompaña. En esta tarea de evaluar las necesidades reales hay que priorizar. Por ello, en varios rubros se puede ahorrar para no caer en una situación de gastos excesivos.
Comenzar el año escolar no significa equipar totalmente a un niño, salvo en situaciones excepcionales. Los padres son libres de adquirir los productos en los lugares de su conveniencia, para maximizar su consumo. Un consejo válido es anticipar las compras a lo largo del año, aprovechar la temporada baja para ser previsores y acumular stocks de productos básicos. Algo así como comprar en épocas de liquidación.
El tópico de financiamiento es algo tentador, que se toma como única opción para financiar el comienzo de clases, sin atender los costos asociados. Lo real es que si se pagan de contado los gastos, no habrá necesidad de tomar deuda. Si se adquieren insumos escolares durante el año, los padres podrán preocuparnos solamente al inicio de clases por las cosas que no pudieron adelantar que, en general, son los servicios. Acumular deudas que no se pagan con el ingreso producido por el bien que se adquiere no es una decisión acertada. En suma, hay endeudarse en activos de inversión que generen renta y no para gastos corrientes.
Un buen consejo, aparentemente inaplicable en sociedades de habla hispana, es constituir un fondo de inversión con aportes mensuales cuando nace un hijo. A medida que crece esto representara un flujo de fondos de intereses para solventar gastos. Muchas películas extranjeras cuentan los esfuerzos de los padres para garantizarles a los hijos una buena educación.








