El derecho de admisión, una receta efectiva

El derecho de admisión, una receta efectiva

21 Diciembre 2014
Así como la Justicia se muestra lenta en el avance de las causas de la violencia en el fútbol, hay fiscales que no tuvieron problemas en ponerle freno a los barras con o sin ayuda de los directivos de los clubes. Lo hicieron a través de un recurso que dio buenos resultados a nivel nacional: aplicar el derecho de admisión a las personas que generen incidentes.

El primer antecedente data de 2009. El fiscal Edgardo Sánchez pidió que se aplique esta medida a cuatro barras bravas de Concepción FC por haber generado incidentes en un encuentro disputado en el sur de la provincia.

En 2011, Mario Leito, presidente de Atlético solicitó una acción restrictiva contra varios integrantes de la segunda línea de La Inimitable por haber agredido a simpatizantes “Decanos” que estaban en la tribuna de la calle Laprida. El fiscal Alejandro Noguera aceptó el planteo y consiguió el ok de un juez de instrucción.

En San Martín ocurrió algo similar. Durante la gestión de Jorge Garber, después de que los jugadores fueran agredidos en el año pasado, presentó un listado con nombres de los integrantes de las facciones La Brava, La Banda del Camión y La Matienzo. Sin embargo, los datos aportados a la Justicia no eran correctos.

Por ejemplo, los nombres de los acusados no coincidían con los números de documentos ofrecidos. Es más, uno de ellos pertenecía a una mujer de Mendoza. Tampoco eran correctos los domicilios de varios de ellos. La fiscala Adriana Giannoni, que se percató del grosero error, no pudo pedir que se dictara ninguna medida restrictiva.

El Comité de Seguridad Deportiva de la Policía envió ese listado a la Nación para que se les impidiera presenciar el encuentro en Brasi. La medida tampoco sirvió de mucho, ya que varios de ellos presenciaron el Mundial sin ningún problema.

Salvo el caso de los barras de los “Cuervos”, las otras medidas restrictivas fueron levantadas con el correr de los tiempos. Este, sin lugar a dudas fue un buen remedio, pero no lo suficientemente efectivo.

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