San Martín ganó con la llegada de esa mano salvadora

San Martín ganó con la llegada de esa mano salvadora

Siendo dominador, el “santo” falló en la puntada final hasta que el arquero Piris ayudó.

A PESCAR. Pablo De Muner (6) lucha contra un rival de Altos Hornos Zapla por el dominio de un balón que no tendrá ningún destino. Díaz (11) contempla la acción. A PESCAR. Pablo De Muner (6) lucha contra un rival de Altos Hornos Zapla por el dominio de un balón que no tendrá ningún destino. Díaz (11) contempla la acción.
Era como ver el mismo partido 100 veces. O 1.000. La constante de San Martín en esta temporada en el Federal A fue que domina un partido pero no puede torcerle el brazo al rival de turno. Ayer, mereció ser amplio ganador ante Altos Hornos Zapla en tierras jujeñas. Sin embargo, toda esa inversión de inteligencia se reducía a la nada puertas adentro del área grande del arquero Daniel Piris, el rival que sin quererlo se convirtió en su mejor amigo.

¿Por qué? Porque cuando la cadena del desorden ofensivo estaba a punto de entrar en crisis Piris le tendió una mano involuntaria a los tucumanos para que la justicia decrete un angosto pero importantísimo 1-0 visitante.

¡Sí! Volvió a ganar San Martín y lo hizo con la misma receta que le venía fallando desde hace un tiempo a Osvaldo Bernasconi y ahora con “JJ” López, independientemente que quienes fueron los 11 que entraron a la cancha. La estrategia en Jujuy fue clarísima: mantener el orden, abrir las bandas y perforar, en este caso, con Gerardo Pérez por afuera o con Albano Becica por el medio. Todo bien hasta ahí. Pérez fue clave en esas escaladas, así como lo fue Fabricio Lenci a la hora de no concretar las situaciones primero, y después de sí hacerlo en el regalo de Piris.

En un primer tiempo al que sólo le faltó el gol, el gran amor perdido de los de La Ciudadela, San Martín manejó los hilos de la cuestión de punta a punta, siempre controlando a un anfitrión que apenas si se animó a llegar a la zona donde Diego Pave mantuvo seguro el arco rojiblanco con centros desinflados y poco precisos.

Tanto despilfarro propio invitó a pensar que San Martín volvía a pecar de generoso. Pero no. La balanza se inclinó sobre el cuarto de hora del complemento, cuando el duelo comenzaba a perder brillo. Becica intentó un nuevo centro al área chica y Piris, que venía teniendo una sobria actuación, en vez de descolgar el balón lo perdió. Se le escapó de las manos. Lenci no perdonó y marcó el 1-0.

En términos morales, este triunfo fue clave. El “santo” salió del fondo de la tabla, aprovechó un regalo ajeno y, quién dice, de ahora en más pueda abrir el arco contrario sin necesidad de un ayuda externa.

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