Charly tuvo una mala noche, pero lo ovacionaron

Un show para fanáticos. El ídolo del rock fue ovacionado por su público. Pidió aplausos para "Sir" Mick Jagger. Hubo distintos climas en las tribunas y en el campo del estadio

EN EL ESCENARIO. El controvertido músico no se privó de hacer hasta humoradas con su público. EN EL ESCENARIO. El controvertido músico no se privó de hacer hasta humoradas con su público.
15 Diciembre 2003
Aunque sus fans seguramente le perdonarán todo, y seguirá siendo el ídolo del rock nacional, Charly García no tuvo una buena noche el sábado, cuando tocó en el Palacio de los Deportes.
Empezó a las 23.15 con "Yendo de la cama al living" y terminó a la 1.30 con "No voy en tren" (concluido abruptamente). En ese tiempo, repasó la mayoría de sus grandes canciones, y en muchas de ellas se notó que la voz no le alcanzaba, y que, confuso, se versionaba a sí mismo. En "Pasajera en tránsito", por ejemplo, se extrañó demasiado el coro que le hacía la desaparecida Gabriela Epumer; y para qué hablar de la interpretación de la histórica "Rezo por vos". El sonido no estuvo de su lado y fue deficiente.
Charly García se bajó del Mercedes Benz gris, recorrió diez metros y se instaló en el escenario con sus oscuros anteojos, camisa negra y chaleco plateado, ante la aclamación del público.
En el Palacio de los Deportes no había más de 4.500 personas (se observaban los claros en las tribunas), y a diferencia del año pasado, cuando actuó en Central Córdoba (con mucha más gente), el público del sábado fue mayoritariamente juvenil y adolescente. En la popular y en la VIP todos permanecieron cómodamente sentados, pero en el campo otro era el clima, con los pogos y el baile incesante. Durante el show, no dejó de estar acompañado siempre con un vaso de whisky. En un momento dado anunció: "aquí sí está permitido fumar; es más, es obligatorio fumar". De tanto en tanto se llevaba un papel a la nariz y aspiraba.

Lo que hizo
Hizo todo lo que se esperaba que hiciera, porque además tiró al piso una guitarra roja y en la primera despedida pateó dos sillones, el órgano y empujó a uno de sus guitarristas. No faltaron sus humoradas, como el de probarse un corpiño blanco que le había arrojado una fan, o mostrar sus hombros en actitud de modelo.
Y nadie sabe si hablaba en serio -o irónicamente- cuando pidió un aplauso para "Sir" Mick Jagger, y le dedicó el ya himno del rock, "Satisfaction".
Después del intermedio de cinco minutos, y sin cambiarse de ropa, hubo homenajes para "Serú Giran"y para "Sui Generis" -"Historia de las instituciones" (1975)-. Cuando cantó su nuevo tema "Persiguiendo a una virgen", dijo que era lo que más le preocupaba en estos momentos, y elogió a Celeste Cid (que protagoniza el video clip de esa canción).
Cuando se fue, cumplidas las dos horas, tuvo que regresar ante el reclamo de la gente, y le alcanzó para media hora más, para que la gente ubicada en el campo bailara desenfrenada.

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