Los percheros detrás del rock

Los percheros detrás del rock

En la trastienda de los probadores de un local de ropa se formó la banda inglesa Sex Pistols, y en ese mismo negocio de la calle King’s Road, en Londres, David Bowie buscaba entre sus mesones de ropa rarezas para interpretar al extravagante personaje llamado Ziggy Stardust. Es que nada estaba librado al azar cuando los músicos se subían al escenario -ni lo está ahora-, porque el rock está mediado por la imagen: el oyente no sólo se sumerge en la música, también mira la portada del disco, al cantante en el video o a cada detalle de la escenografía. Hay un vínculo simbiótico, eterno, entre la moda y el rock, y eso lo describe la periodista Victoria Lescano, en su libro Prêt-à-Rocker, que cuenta la relación de los músicos argentinos con al vestimenta, sobre y bajo el escenario. Y si de esta unión hablamos, es imposible no mencionar a la banda que en Latinomérica fue pionera del estilismo: Soda Stereo. No se trata sólo de hacer un homenaje a Gustavo Cerati -que lo merece si hablamos sobre “fashion icons”-, sino de contar cómo es que la banda porteña pensó tanto en el perchero como en las letras de sus canciones.

Fueron los primeros en tener una estilista -Alejandra Boquete- que se dedicó a atender desde sus peinados (usaban extensiones con pelo de Boquete o de la hermana de Cerati), el maquillaje (les traía de Nueva York un polvo de arroz que les dejaba la cara como de porcelana), la ropa (empezaron usando prendas de la Bond Street y luego de Calvin Klein, Guess y Route 66) y hasta de cuándo debían sacarse las chaquetas para que las fans gritaran en el momento justo. Con Soda - y con otras bandas que les siguieron- la fusión entre moda y rock se hizo indisoluble.

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