Kassel, Alemania. - En el inicio del juicio en su contra por canibalismo, el alemán Armin Meiwes confesó ayer haber matado y comido a su víctima, un ingeniero berlinés conocido sólo como Bernd Jürgen B., de 43 años."Así me lo propuse, y finalmente lo hice así", dijo el acusado de 42 años, especialista en computadoras. "Mi idea era que a través de su cuerpo él se convirtiera en parte de mí. Se podría comparar con una comunión", explicó. Por los cargos podría ser condenado a cadena perpetua.
Entre los 8 y los 12 años, Meiwes sentía ya un deseo impetuoso de dar muerte a una persona y de devorarla totalmente, dijo el fiscal Marcus Köhler.
La víctima, a quien conoció por Internet, tenía una fuerte inclinación hacia la autodestrucción, por lo que Meiwes pudo convencerlo de que accediera al sangriento acto. Meiwes relató cómo lo descuartizó en su vivienda, utilizando como matadero un altillo. Eso ocurrió el 10 de marzo de 2001. Según Meiwes, luego de que el ingeniero se tomó media botella de aguardiente y 20 somníferos, le cortó el pene y lo comieron juntos. Unas diez horas después, cuando a causa de la intensa pérdida de sangre el ingeniero se desvaneció, lo degolló y troceó su cuerpo.
Meiwes congeló unos 30 kilos de carne del ingeniero, que fue comiendo poco a poco, durante las siguientes semanas, mientras que los huesos y el cráneo los enterró en el jardín de su casa. "Trocear el cuerpo fue agradable. El matar fue terrible", dijo, y relató que durante su acción sintió a la vez odio, satisfacción y felicidad. "Esto lo había deseado toda mi vida", agregó. A la par, el acusado insistió en que no hizo nada en contra de la voluntad de su víctima. "El ingeniero podría haber cambiado en cualquier momento de opinión o haber pedido ayuda", aseguró.
Otros candidatosDespués de este primer hecho de canibalismo, Meiwes se encontró con otros cinco candidatos que se habían ofrecido como posibles víctimas a través de Internet. Sin embargo, señaló, a algunos de estos les interesaba sólo una especie de interpretación de papeles como de víctima y victimario. Uno de ellos expresó sus deseos de ser decapitado por Meiwes, pero el candidato le resultó antipático y muy gordo, explicó. Otro candidato desistió tras visitar la casa del caníbal y después de que Meweis le dijera claramente que si iba otra vez, sería la última. El abogado de Meiwes reveló que su cliente tenía a otros cuatro huéspedes en su casa, pero que los dejó marcharse. "Había un maestro, un cocinero, un empleado de hotel y un estudiante. Los tenía colgados del techo por los pies y no podían librarse por sí mismos. Uno se sintió indispuesto, otro no quiso continuar y entonces los dejó ir a todos", explicó. El acusado había conversado sobre canibalismo con al menos 280 personas en Internet.El proceso, inédito en la justicia alemana, seguirá el lunes con los testimonios de los policías que detuvieron a Meiwes. Se espera que sea proyectado, aunque no al público, el video del macabro hecho grabado por Meiwes.
Con vino tinto
El caso tiene todos los ingredientes de una película de horror. En un video se lo ve comiendo carne de la víctima acompañada de papas, judías y vino tinto chileno. Los vecinos y antiguos compañeros de trabajo lo describen como una persona amable, modesta y bien educada. Se dijo que era una persona con quien se podía tomar un café o mantener una conversación de vecino en la acera. La defensa de Meiwes tratará de demostrar un cargo menor de los que le imputa la Fiscalía, el de eutanasia, que implicaría una pena máxima de cinco años. (DPA-Reuter)