La mirada de una madre

La mirada de una madre

Helene Kottak clavó los ojos en los tres acusados de matar a su hija, Cassandre, y a su amiga, Houria. Lasi, Vilte Laxi y Vera evitaron mirarla.

DE FRENTE. Helene Kottak (derecha) mira a los acusados, como buscando una explicacion. LA GACETA / DIEGO ARÁOZ DE FRENTE. Helene Kottak (derecha) mira a los acusados, como buscando una explicacion. LA GACETA / DIEGO ARÁOZ
27 Marzo 2014
En cada ocasión que pudo, Helene Kottak se puso de pie y miró fijo a los tres acusados de la violación y los homicidios de su hija Cassandre Bouvier y su amiga Houria Moumni. La señora, que el primer día del juicio oral en Salta leyó un poema sobre la libertad y reivindicó el derecho de las mujeres "de andar por todas partes sin ser violadas ni destruidas", adoptó una postura como de presencia silenciosa pero activa. Helene miró intensamente a Gustavo Lasi, Daniel Vilte Laxi y Santos Vera como si tratara de comprender qué había en esos espíritud acusados del horroroso crimen. Ellos, intimidados, optaron por mirar siempre al frente.

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