La transgresión, la falta de un control eficiente, la imprudencia, la irresponsabilidad a menudo conforman un cóctel que en materia vial puede ser muy peligroso. Las estadísticas indican que el número de víctimas en accidentes se ha incrementado en los últimos años y tienen por protagonistas a un alto porcentaje de motociclistas. Pero también se han registrado episodios dolorosos con otro tipo de rodados, como sucede con los cuatriciclos. El lunes pasado, en San Pedro de Colalao, tres adolescentes de 14 años que circulaban en un cuatriciclo chocaron contra la columna de la galería de una casa, volcaron, una de ellas falleció y las otras dos se encuentran con pronóstico reservado.
El trágico hecho puso en el tapete nuevamente el uso de estos ciclomotores. Como se sabe, son motocicletas de cuatro ruedas todo terreno, que se usan para trasladarse en geografías de difícil circulación como costas, playas, médanos y montañas. Generalmente, se los emplea en zonas cercanas al mar, debido a la facilidad de manejo en terrenos arenosos y a la fuerza del motor que poseen. Su velocidad no es muy alta, pero algunos superan los 80 km/h.
No es la primera vez que se producen tragedias como consecuencia del uso de estos vehículos, razón por la cual la Ley Nacional de Tránsito Nº 24.449 también contiene especificaciones sobre la circulación de triciclos y cuatriciclos motorizados. Se prescribe que la mayoría de estos rodados fueron diseñados para ser empleados en tierra o arena y en zonas pedregosas, nunca en caminos pavimentados, es decir en calles, autopistas o rutas. Se indica que por tener un palier fijo y tracción trasera, no están preparados para circular por el asfalto. “Se ha observado en este sentido que pierden estabilidad fácilmente al realizar maniobras de giro”, se indica.
Los accidentes esporádicos producidos en ciudades del interior tucumano (Monteros, Yerba Buena, Concepción) y en villas veraniegas, llevaron a un legislador a presentar un proyecto en 2008 que nunca fue considerado por sus pares. Entre otras cosas, se proponía que la edad mínima para conducir un cuatriciclo, de entre 50 y 150 cm3, fuera de 16 años, con autorización de los padres, mientras en los de más de 150 cm3 de cilindrada, la edad se incrementara a los 18 años. Los propietarios de cuatriciclos debían sacar un carnet especial de manejo y abonar un seguro contra terceros. Se establecía también la obligación de llevar cascos protectores. Recientemente otro legislador presentó otra iniciativa que prevé severas sanciones.
Uno de los problemas radica en que en Tucumán no todos los municipios están adheridos a la Ley Nacional de Tránsito, lo cual permite que haya diferencias en la aplicación de la normativa. Tampoco hay un criterio único para otorgar la licencia de conducir. En otras oportunidades, hemos cuestionado en esta columna que se les otorgue el permiso de conducir a personas menores de edad. Si está prohibida la circulación de los cuatriciclos, así como las motos enduro en zonas urbanas, ¿por qué la autoridad lo sigue permitiendo?
Da la impresión de que esperamos que los accidentes se produzcan y que haya víctimas mortales para pensar en una posible solución. Parece ser el caso de esta mora legislativa de cinco años en esta materia, que está reflejando el desinterés de los representantes por proteger la vida de los tucumanos.