Repostería con polenta

Ya de vuelta de las vacaciones... o quizás todavía entre los cerros. con tus hijos en casa, y quizás con los de tus amigas. O sólo para tus amigas... Te proponemos cosas ricas diferentes. La dorada harina del maíz, uno de los grandes tesoros que la humanidad debe a América, te permite variaciones de recetas clásicas o poner en juego tu imaginación y crear... Aquí, algunas ideas.

Repostería con polenta
06 Febrero 2014
Sí, puede sorprender. Como sorprende el consejo de darles a las frutillas, antes de comerlas, un toque de pimienta negra recién molida. O que te sugieran que le pongas canela al quipe... Es que tenemos asociados ciertos elementos a determinados sabores: en nuestras cabezas, la polenta va con salsa, así como la canela es para los dulces y la pimienta, para los salados.

Pues no tiene por qué ser así; de hecho, no nos asusta usar la harina de trigo tanto para una pizza como para un biscochuelo, ¿verdad?

Entonces, ¿por qué no repostería con polenta?

Viaje de ida y vuelta

Los argentinos hemos heredado la costumbre de comer polenta de los inmigrantes italianos. En tiempos del Imperio Romano el pullmentum (y luego de allí, pullenta) era uno de los principales alimentos de las legiones romanas. Y se sabe que los griegos ya comían algo así. Claro que no era de maíz, como la que conocemos ahora, ya que el maíz es originario de América.

La aceptación fue bastante lenta; en Italia el cultivo de maíz se comenzó a generalizar recién 200 años después, principalmente en el norte, donde el régimen de lluvias facilitó la siembra.

Pero eso sí: una vez incorporado a la dieta, pronto olvidaron su extranjería. Cuando después de 1880 las corrientes inmigratorias italianas se hicieron numerosas en nuestro país, la harina de maíz volvió a la tierra que la había visto nacer.

No contiene gluten


La polenta se obtiene al triturar los granos enteros del maíz, lo que da como resultado un tipo de harina granulada que conserva todos los nutrientes propios del cereal.

La polenta proporciona un alto contenido en hidratos de carbono, vitaminas del grupo B y una mínima cantidad de proteínas, entre las cuales no se encuentra el gluten. Por lo tanto, es apta para el consumo de personas celíacas.

Por otro lado, al derivar de granos enteros, se trata de un alimento rico en fibra que contiene un elevado contenido de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, además de ser una fuente de carotenos y minerales.

La harina puede conseguirse en grosores diferentes (la que se usa para hacer los tamales es finita); también existe la que se conoce como “instantánea”, porque está lista en un minuto: se trata de harina precocida.

Pastelitos con especias

Preparar una polenta bien cremosa con 2 tazas de leche y una de agua. Sacar del fuego y añadir una cucharadita de sal, 1/2 taza de azúcar moreno, 1 cucharadita de canela, 1/2 de cardamomo molido y 1/2 de clavo molido. Agregar 3 cucharadas soperas de manteca, mezclar bien y dejar enfriar. Cubrir una bandeja con papel de aluminio y enmantecar. Esparcir la polenta sobre la fuente y dejar lisa la superficie; llevar a la heladera al menos 30 minutos, para que tome consistencia. Cortar con cortapastas y freír un par de minutos de cada lado. Servir tibias, acompañadas con miel. ¡Torta sin horno!

Herví una taza grande de leche y espolvoreá 60 g de polenta; cociná un minuto. Sacala del fuego y añadí dos cucharadas soperas de manteca y una de azúcar moreno. Dejá enfriar y armá una base de 1 1/2 cm de espesor en un molde con aro desmontable. Llevá a la heladera. En una ollita disolvé 3 cucharadas de Maizena en el jugo de dos limones; añadií 100 g de azúcar, 2 huevos y ralladura de cáscara de limón. Batí hasta obtener una mezcla sin grumos. Añadí 75 g de manteca en pomada y poné a fuego medio hasta que espese, batiendo continuamente. Colocar sobre la base de polenta y dejar que enfríe para que cuaje la crema. Decorá con virutas de chocolate.

Torta de manzana

Poné al fuego en una cacerola 1/2 litro de leche con 100 g de azúcar y 50 de manteca. Cuando hierva echá 90 g de polenta instantánea en forma de lluvia. Revolvé un minuto y sacá del fuego. Agregá 50 g de crema de leche y 50 de pasas de uva sin semilla. Volcá la preparación en una tartera enmantecada, dejando un borde bien finito sobre los costados. Cubrí con unas manzanas verdes peladas y fileteadas y espolvoreá con azúcar y canela. Cociná a horno moderado 30 minutos. Puede comerse tibia o fría, acompañada por un copo de crema batida.

Torta de panna cotta y cítricos

Batir una yema con 40 g de azúcar, 1 1/2 cucharada de aceite neutro y 1/2 vaso de jugo de naranja. Agregar 70 g de polenta, una pizca de sal y 1/2 cucharadita de Royal. Mezclar hasta deshacer los grumos y volcar en un molde cuadrado de 20 x 20 cm, enharinado y enmantecado. Hornear 10 minutos y dejar enfriar. Guardar el en freezer hasta el momento de armar la torta. Poner 300 de crema, 45 g de azúcar y y la ralladura de limón al fuego. Cuando se caliente la crema y se disuelva el azúcar, apagar y dejar reposar 30 minutos. Aparte, disolver 1/2 sobre de gelatina sin sabor en tres cucharadas de agua fría. Cuando la crema haya descansado, agregar la gelatina, mezclar bien y volcar sobre la base de polenta, que debe estar bien fría para que no absorba la crema. Llevar a la heladera hasta que cuaje, alrededor de media hora. Mientras, hidratar la otra mitad de la gelatina con el jugo de un limón y de tres naranjas; dejar reposar. Luego calentar hasta disolver. Volcar tres cucharadas del jugo sobre crema y mover el molde para que cubra sobre toda la superficie; llevar a la heladera hasta que cuaje. Volcar el resto del jugo y mover el molde para que cubra toda la superficie. Refrigerar hasta que cuaje por completo

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