SAN SALVADOR DE JUJUY, Jujuy.- El cuerpo del niño asesinado que fue hallado en una plaza ubicada a pocos metros del escuadrón de Gendarmería de la ciudad jujeña de La Quiaca, continuaba hoy sin poder ser identificado y por ahora no había ninguna denuncia por extravío de algún menor en la zona.
Los investigadores del caso trataban de establecer si el móvil del crimen pudo haber sido una venganza de narcotraficantes que operan en la zona fronteriza entre Jujuy y Bolivia.
El fiscal de Investigación Aldo Lozano confirmó que la muerte del niño, encontrado dentro de una bolsa de arpillera, fue por "asfixia por constricción a nivel del cuello", luego de realizada ayer la autopsia, que duró poco más de dos horas.
Lozano detalló que la causa fue caratulada como "homicidio calificado por ensañamiento y alevosía" y que "la premisa en la investigación" está dada por identificar a la víctima, que tiene entre 6 y 8 años, señaló en un cable la agencia DyN.
Los investigadores remarcaron que el hallazgo del cadáver fue el lunes pasado y hasta esta mañana no había denuncia de extravío y fuga de hogar en Jujuy y Bolivia.
Entre otras pericias que se han ordenado está la de las huellas dactilares con el objeto de ayudar a la identificación el cadáver del niño.
La víctima medía 1,30 metro de altura, tenía piel trigueña, cabello negro, corto y lacio.
Cerca del cadáver se encontró un papel con el nombre Juan Mamaní, pero aún no se había logrado establecer si esa era la identidad del niño o se trata de la persona a quien estaría dirigido el presunto mensaje mafioso.
En principio los investigadores estimaban que la víctima sería argentina, aunque no se había descartado que sea boliviano, a pesar de que en Villazón, al otro lado de la frontera con La Quiaca.