Naturaleza pura para desconectarte de la ciudad

En Tucumán hay una docena de áreas protegidas para preservar la flora y la fauna. En algunas de estas reservas se están realizando obras para que el turismo de parques naturales se instale como una opción para ver, disfrutar y conocer algo distinto. Animate: esta puede ser una buena opción para sacudirte el ritmo acelerado del día a día, respirar aire puro y empaparte de verde.

REFRESCATE. Si hacés un alto en tu viaje por la ruta 307 podés darte un buen chapuzón en el río Los Sosa. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL REFRESCATE. Si hacés un alto en tu viaje por la ruta 307 podés darte un buen chapuzón en el río Los Sosa. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL
20 Enero 2014
¿Cuántas veces visitaste una reserva natural en nuestra provincia? Si alguna vez viajaste a Tafí del Valle por la ruta 307, atravesaste la reserva Los Sosa, aunque probablemente no lo sabías. Se trata de la primera ventana a las yungas -que estrena parador y pasarela- que se tiene cuando se realiza el ascenso a los valles desde Acheral. Sólo es cuestión de hacer una pausa en el camino y tomar unos mates para cambiar definitivamente de aire, para ver la naturaleza en estado puro. Y hasta para darse un chapuzón en el río.

La reserva Los Sosa es un área protegida de 900 hectáreas. Se trata de una franja de 500 metros -aproximadamente- a cada uno de los márgenes del río Los Sosa (que acompaña gran parte del trazado de la ruta que va a los Valles) entre los kilómetros 20 y 38 de la 307.

De las 10 reservas naturales que se encuentran en Tucumán (entre provinciales y nacionales) es, sin lugar a dudas, la más visitada: ocho de cada 10 turistas que disfrutan de los circuitos de nuestra provincia visitan Tafí del Valle. Por lo tanto, casi el 80% de los viajeros visitaron la reserva, aunque es posible que muchos no se hayan enterado de esto.

“Me parece hermoso, es algo divino de verdad. Tener la naturaleza pura a tan poca distancia de la ciudad es increíble”, dijo Héctor Mansilla que vino desde Moreno (Buenos Aires) con su esposa Natalia Martínez y sus dos chicos para pasar enero en el noroeste del país. Mansilla, que es mecánico de colectivos, ya había recorrido Catamarca antes de venir a nuestra provincia. “Tenía que visitar la Iglesia de Catamarca por una promesa”, acotó el bonaerense, aliviado por haber cumplido con su parte del trato.

Así, de imprevisto, también frenó su auto Diego Badaracco, que viajaba a los valles junto con sus padres -Norberto y Norma- directo desde Quilmes, también en Buenos Aires. “La verdad es que frenamos sin saber que había un mirador tan lindo. El ruido del agua, el verde... Es para empezar el cambio de aire. Acá sí que cortas con la ciudad”, dijo Badaracco, actor y docente de teatro en su ciudad.

Al igual que ellos, también hicieron una parada -para almorzar unos sándwiches al costado de la ruta- Mauricio Grizzuti, Ary Vodopivec y Kevin Scoffield, porteños todos, antes de seguir viaje. Eso sí: se llevaron de regalo la imagen de un paisaje imponente mientras mataban el hambre.

Entre tantos visitantes de otros pagos, también aprovecharon para darse una escapada al calor Fabián Acosta (junto a sus dos hijos) y Aníbal Garay, que pese a ser sanjuanino, “es uno más por estos lares”, según dijo. “Me encanta esto de poder venir y hacer un asadito bajo la sombra de los árboles al costado del río”, aseguró Garay.

Aprender otro turismo

“Nuestra idea es generar infraestructura para el visitante, y que esté acompañada de un trabajo educativo para que la gente aprenda a usar estos espacios”. Así lo aseguraron los guardaparques Rodrigo Ordóñez y Javier Jiménez, de la Fundación Pro Yungas. “Buscamos que la gente aprenda a visitar un área natural, generar conciencia sobre el valor de estos lugares. Fundamentalmente que hay otro turismo, el de naturaleza”, agregó Ordóñez. Por ello es que en agosto construyeron una pasarela en un claro del río, para disfrute de los visitantes.

Uno de los problemas principales con los que están lidiando, coincidieron, es la basura. “En lo que estamos trabajando mucho es en el tema de la limpieza. Pero mantenemos la esperanza de que las personas que vengan a visitar esta reserva, así como cualquier otro espacio protegido de la provincia o del país, comprendan que no tienen que dejar basura en el lugar, que tienen que guardarla y arrojarla cuando regresen a la ciudad”, dijeron. Consignaron que el mantenimiento del lugar, dependerá -en gran medida- del uso que los visitantes le den, para preservar y cuidar estos lugares de enorme valor natural.

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