"Vi el video y me arrepentí"

"Vi el video y me arrepentí"

Heraldo, hijo y preparador físico de "RR" reconoce su error pero no acepta las agresiones que sufrió el domingo

AMBIENTE TENSO. La bronca se sintió en la cancha y en la tribuna. LA GACETA/ FOTO DE HECTOR PERALTA AMBIENTE TENSO. La bronca se sintió en la cancha y en la tribuna. LA GACETA/ FOTO DE HECTOR PERALTA
05 Noviembre 2013

Existe una razón por la que los integrantes de un cuerpo técnico, sacando al entrenador, claro, no suelen figurar. El bajo perfil es una filosofía para la mayoría de los ayudantes del líder de un grupo y eso incluye, cierta reticencia para otorgar entrevistas, por ejemplo, y según ellos, "quitarle protagonismo al verdadero protagonista". Lo mismo que suele suceder con los suplentes que no quieren "pasar por encima" de los titulares, pero lo que pasó el domingo obliga a olvidar esos principios.

Heraldo Rodríguez, hijo y ahora ex preparador físico del plantel de Atlético que encabezaba Ricardo, su padre, devolvió un vaso con agua que le habían tirado desde la platea y el estadio se vino abajo de la bronca. "Están todos los partidos insultándonos y hasta ahí me la banco. Incluso, hacemos goles y nos gritan cosas, todo bien, pero que me escupan o que me tiren un vaso de agua en la cara no me la banco", le argumentó Heraldo a LG Deportiva, en lo que fue su descargo tras el violento episodio del domingo.

Él fue el segundo miembro del cuerpo técnico que el lunes rescindirá su contrato que reaccionó contra la platea, luego de que Dante Cortez, el masajista, se desencajara por los escupitajos que recibió, según contaron los propios jugadores. "Se que reaccioné mal, yo siempre estoy tranquilo pero ésta vez se me salió la cadena", reconoció Rodríguez Jr.

Justo antes de lanzar ese vaso al alambrado donde se apoyaban los furiosos hinchas, su padre intentó frenarlo, pero no pudo. Sin poder creerlo, el árbitro Ariel Penel debió expulsarlo y ahí comenzó lo peor para él. El trayecto hacia el túnel, acompañado por personal de seguridad, mientras los fanáticos le gritaban de todo desde la tribuna.

En el Monumental estaban su esposa y su hijo. Ambos vivían en Buenos Aires y justamente hace poco se mudaron a Tucumán. Cuando terminó el partido, fue momento de enfrentarlos, pese a todo.

"Me dijeron que no reaccione así, que me quedara tranquilo. Creo que son cosas que pasan en caliente. Para mí quedó ahí", explicó. Luego de ese abrazo familiar y de la reflexión junto a los suyos, siguieron los momentos incómodos: verse en una pantalla de TV haciendo lo que hizo."Lo vi y me arrepentí, porque el que queda mal soy yo", sentenció.

- ¿Viste a alguien en particular o eran varios de los que insultaban?
- Son los mismos (hinchas) de siempre, no los conozco yo. Lo que pasa es que el domingo, por el resultado (un insólito 2 a 2 con Villa San Carlos), se les sumaron otros más. Hicieron como un efecto dominó.

- ¿Te había pasado alguna vez esto?
- Nunca, jamás.

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