23 Octubre 2013
CRISIS. La Guardia Costera italiana auxilia constantemente a inmigrantes. REUTERS
ROMA.- El drama de la inmigración ilegal huyendo del hambre o de la guerra sigue siendo una llaga abierta en Italia. Al menos 343 personas que viajaban a bordo de varias embarcaciones fueron rescatados entre el lunes y ayer en el mar Mediterráneo y conducidos a Siracusa, al sur de la isla de Sicilia.
Lanchas de la Guardia Costera localizaron a una barcaza encallada con 93 personas a bordo, entre ellos 13 mujeres y 21 menores, que provenían de Siria, Afganistán e Irak. Otros 250 inmigrantes africanos fueron recogidos de un pesquero en el que viajaban, que estaba a la deriva y comenzaba a hundirse; de esa cifra, 94 eran menores y había tres mujeres embarazadas.
Los salvatajes se conocieron en momentos en que aún no cesa el dolor por la muerte de unos 400 inmigrantes frente a la isla de Lampedusa, tragedia que impulsa al Gobierno del centroizquierdista, Enrico Letta, a reclamar una revisión de las políticas de asilo y de las medidas de emergencia de la Unión Europea (UE) en este tema. Al hablar ayer ante el Parlamento de su país, aseveró que la inestabilidad crónica en África y Oriente Medio impedirá una pronta solución de esta crisis de inmigrantes.
"Nadie debería tener la impresión de que estas tragedias son episodios pasajeros o que terminarán con la llegada del mal tiempo. Europa no puede ser un mero espectador; si actúa así morirá junto a esos cientos de personas", sostuvo.
Letta ordenó reforzar las patrullas aéreas y marítimas con cuatro barcos, helicópteros de largo alcance y drones para localizar barcos en alta mar. Finlandia y Eslovenia ofrecieron ayuda bilateral, pero el premier dijo que se necesita un esfuerzo de la UE más coordinado. Más de 32.000 personas llegaron a Italia y Malta en este año, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur); muchos partieron desde los anárquicos puertos de Libia.
Bajo las leyes europeas actuales, la mayoría de las personas que buscan asilo que ingresan sin la autorización adecuada están obligados a permanecer en primer país al que llegaron. (Reuters-DPA)
Lanchas de la Guardia Costera localizaron a una barcaza encallada con 93 personas a bordo, entre ellos 13 mujeres y 21 menores, que provenían de Siria, Afganistán e Irak. Otros 250 inmigrantes africanos fueron recogidos de un pesquero en el que viajaban, que estaba a la deriva y comenzaba a hundirse; de esa cifra, 94 eran menores y había tres mujeres embarazadas.
Los salvatajes se conocieron en momentos en que aún no cesa el dolor por la muerte de unos 400 inmigrantes frente a la isla de Lampedusa, tragedia que impulsa al Gobierno del centroizquierdista, Enrico Letta, a reclamar una revisión de las políticas de asilo y de las medidas de emergencia de la Unión Europea (UE) en este tema. Al hablar ayer ante el Parlamento de su país, aseveró que la inestabilidad crónica en África y Oriente Medio impedirá una pronta solución de esta crisis de inmigrantes.
"Nadie debería tener la impresión de que estas tragedias son episodios pasajeros o que terminarán con la llegada del mal tiempo. Europa no puede ser un mero espectador; si actúa así morirá junto a esos cientos de personas", sostuvo.
Letta ordenó reforzar las patrullas aéreas y marítimas con cuatro barcos, helicópteros de largo alcance y drones para localizar barcos en alta mar. Finlandia y Eslovenia ofrecieron ayuda bilateral, pero el premier dijo que se necesita un esfuerzo de la UE más coordinado. Más de 32.000 personas llegaron a Italia y Malta en este año, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur); muchos partieron desde los anárquicos puertos de Libia.
Bajo las leyes europeas actuales, la mayoría de las personas que buscan asilo que ingresan sin la autorización adecuada están obligados a permanecer en primer país al que llegaron. (Reuters-DPA)
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