16 Octubre 2013 Seguir en 
SENTADA. Unos 500 manifestantes acampan frente al hospital de Pampa dle Indio. FOTO TOMADA DE CLARIN.COM
RESISTENCIA.- Un bebé de la comunidad Qom, de siete días de vida, sufrió una horrible muerte, con su cuerpo quemado en una incubadora improvisada donde le practicaban luminoterapia. Esta mañana, pobladores de la localidad chaqueña de Pampa del Indio, a 240 kilómetros de Resistencia, acampaban frente al hospital "Danta Tardelli", en reclamo de justicia, al tiempo que exigían la presencia del gobernador Jorge Capitanich.
La muerte del recién nacido, se nombre Ariel, se produjo el viernes, en una incubadora precaria del centro de salud adonde había sido colocado bajo unas lámparas a raíz de un cuadro de ictericia. Su madre, Sara, tiene 23 años y es estudiante de magisterio.
La representante en Chaco del Consejo Nacional de Mujeres Indígenas, Elizabeth Gónzalez, le dijo al diario "Clarín" que la incubadora donde el bebé recibió las quemaduras era un artefacto improvisado.
“Estaba armada con una cuna de hierro sobre la que colocaron seis lámparas fluorescentes, una frazada y una estufa”, denunció.
La madre de Ariel contó que, la noche anterior, el bebé lloró mucho y que lo levantó varias veces para amamantarlo. Cuando, cerca de las 4 fue a verlo y ya no respiraba. Pidió ayuda a los gritos, llegó un enfermero que admitió que en la sala había “olor a bicho quemado”. A Sara le dijeron que el bebé había fallecido a causa de una muerte súbita.
“La hermana de la mamá, Inés, hizo la denuncia. La Policía llegó al hospital y secuestró la precaria incubadora, las lámparas, las frazadas y hasta una sabanita quemada”, detalló González.
El médico forense de la morgue judicial de General San Martín diagnosticó que la muerte fue “producida por compromiso metabólico de órgano noble interno por acción del calor directo” y la causa judicial fue caratulada como “supuesto homicidio”.
Por orden del fiscal se detuvo a un enfermero que estaba de servicio esa noche en el área de maternidad, aunque horas más tarde fue liberado. “Ahora, por una disconformidad con los resultados en la autopsia, el cuerpo del bebé fue trasladado a la morgue de Resistencia para hacer una segunda autopsia. Tememos que todo esto quede en la nada”, reclamó González.
El hospital, dijo la representante de las mujeres indígenas, es blanco que quejas porque tiene graves carencias -por ejemplo, no tiene neonatología y sólo cuenta con una ambulancia- y porque discrimina a los integrantes de pueblos aborígenes. Es el único centro de atención para los 40.000 vecinos de Pampa del Indio más 25.000 aborígenes de 15 parajes de la zona.
Las autoridades sanitarias del Chaco intervinieron el hospital, se instruyó el inicio de un sumario administrativo y separaron en forma preventiva a la conducción. Quedó a su cargo, el jefe de la Región Sanitaria Nro 6 de Chaco, Raúl Almidón.
Los manifestantes que acamparon frente al hospital para pedir que se esclarezca la muerte de Ariel, recordaron, además, que ya se produjeron allí fallecimientos de pobladores originarios y criollos por falta de médicos, ambulancias, medicamentos, personal y por las condiciones de equipamiento sanitario. Durante la asamblea los manifestantes se quejaron por la "falta de políticas de salud dignas" para la zona.
La muerte del recién nacido, se nombre Ariel, se produjo el viernes, en una incubadora precaria del centro de salud adonde había sido colocado bajo unas lámparas a raíz de un cuadro de ictericia. Su madre, Sara, tiene 23 años y es estudiante de magisterio.
La representante en Chaco del Consejo Nacional de Mujeres Indígenas, Elizabeth Gónzalez, le dijo al diario "Clarín" que la incubadora donde el bebé recibió las quemaduras era un artefacto improvisado.
“Estaba armada con una cuna de hierro sobre la que colocaron seis lámparas fluorescentes, una frazada y una estufa”, denunció.
La madre de Ariel contó que, la noche anterior, el bebé lloró mucho y que lo levantó varias veces para amamantarlo. Cuando, cerca de las 4 fue a verlo y ya no respiraba. Pidió ayuda a los gritos, llegó un enfermero que admitió que en la sala había “olor a bicho quemado”. A Sara le dijeron que el bebé había fallecido a causa de una muerte súbita.
“La hermana de la mamá, Inés, hizo la denuncia. La Policía llegó al hospital y secuestró la precaria incubadora, las lámparas, las frazadas y hasta una sabanita quemada”, detalló González.
El médico forense de la morgue judicial de General San Martín diagnosticó que la muerte fue “producida por compromiso metabólico de órgano noble interno por acción del calor directo” y la causa judicial fue caratulada como “supuesto homicidio”.
Por orden del fiscal se detuvo a un enfermero que estaba de servicio esa noche en el área de maternidad, aunque horas más tarde fue liberado. “Ahora, por una disconformidad con los resultados en la autopsia, el cuerpo del bebé fue trasladado a la morgue de Resistencia para hacer una segunda autopsia. Tememos que todo esto quede en la nada”, reclamó González.
El hospital, dijo la representante de las mujeres indígenas, es blanco que quejas porque tiene graves carencias -por ejemplo, no tiene neonatología y sólo cuenta con una ambulancia- y porque discrimina a los integrantes de pueblos aborígenes. Es el único centro de atención para los 40.000 vecinos de Pampa del Indio más 25.000 aborígenes de 15 parajes de la zona.
Las autoridades sanitarias del Chaco intervinieron el hospital, se instruyó el inicio de un sumario administrativo y separaron en forma preventiva a la conducción. Quedó a su cargo, el jefe de la Región Sanitaria Nro 6 de Chaco, Raúl Almidón.
Los manifestantes que acamparon frente al hospital para pedir que se esclarezca la muerte de Ariel, recordaron, además, que ya se produjeron allí fallecimientos de pobladores originarios y criollos por falta de médicos, ambulancias, medicamentos, personal y por las condiciones de equipamiento sanitario. Durante la asamblea los manifestantes se quejaron por la "falta de políticas de salud dignas" para la zona.
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