Un buque de guerra atracó en Gibraltar

Un buque de guerra atracó en Gibraltar

Ejercicios militares británicos en el Mediterráneo, a la espera de la llegada de observadores internacionales. Mariano Rajoy acordó con la Comisión Europea el despliegue de una misión en la frontera. Cameron quiere que se califique de abusivo el control limítrofe

DESPLIEGUE MILITAR. La fragata HMS Westminster arribó ayer al puerto de Gibraltar, cuya soberanía genera roces entre el Reino Unido y España. REUTERS DESPLIEGUE MILITAR. La fragata HMS Westminster arribó ayer al puerto de Gibraltar, cuya soberanía genera roces entre el Reino Unido y España. REUTERS
20 Agosto 2013
MADRID/GIBRALTAR.- En medio de la tensión de las últimas semanas entre España y Reino Unido por el control de Gibraltar, la colonia británica ubicada en el sur de la península ibérica, ayer atracó en el puerto del Peñón la fragata HMS Westminster.

La llegada del barco de guerra fue presentada como una escala técnica el marco de maniobras militares en el mar Mediterráneo. El Westminster es una fragata modelo 23, lleva 185 militares a bordo y está equipado con sistemas de vigilancia de última generación y misiles mar-aire, mar-mar y torpedos submarinos entre su arsenal. Dos buques de apoyo, también armados, fondearon en la Bahía de Algeciras.

Ambos países han desvinculado el despliegue de marina real de la escalada por el conflicto por la soberanía del territorio y de las aguas que rodean la zona y que las dos partes reclaman como propias. El portaaviones HMS Illustrious, buque insignia de la Armada británica, está varado desde el domingo en el cercano puerto español de Rota, en Cádiz, como muestra de que el ejercicio no complica las relaciones en el plano militar.

Las maniobras fueron bautizadas Cougar 13 y están programadas desde hace meses, con intervención de la OTAN (de la cual España es miembro).

La disputa por Gibraltar, de 6,5 kilómetros cuadrados de extensión y 30.000 habitantes permanentes, recrudeció hace dos meses, cuando se limitó la labor de pesqueros españoles; y se profundizó en julio, cuando el Gobierno del Peñón lanzó 70 bloques de hormigón para construir un arrecife artificial e impedir la pesca en algunas zonas, bajo la excusa de que se había reducido considerablemente la cantidad de especímenes.

En represalia, Madrid intensificó los controles fronterizos, lo que provocó largas colas de vehículos y enfadó al Gobierno de David Cameron, desde donde se quejaron por las "demoras desproporcionadas" en el límite.

Dos objetivos

La solución al conflicto obligará a la intervención de organismos internacionales. Madrid pretendía llevar su disputa a Naciones Unidas, donde el Peñón figura entre los territorios que deben ser descolonizados, pero Londres logró imponer su criterio de que actúe la Comisión Europea (CE), con el envío urgente de observadores a la zona.

Ayer, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el titular de la CE, José Manuel Durao Barroso, pactaron el despliegue, "tan pronto como sea posible", de esa misión para "examinar in situ la situación de los controles y del movimiento de personas y bienes" en la región. Cameron espera que los observadores europeos le den la razón de que las inspecciones fronterizas son abusivas. Rajoy, a su vez, pidió "verificaciones oportunas con un enfoque global", que abarquen también el posible blanqueo de dinero y el contrabando, y denunció como "inaceptable y violatorio de la normativa medioambiental" el lanzamiento de los bloques de hormigón al mar. "Se aplicarán medidas en defensa de la legalidad española y europea y de los intereses de España y los españoles", volvió a advertir ayer Rajoy, quien no descartó el cobro de una tasa para cruzar la frontera.

El jefe del Gobierno de Gibraltar, Fabian Picardo, acusó ayer al Gobierno español de crear el conflicto para distraer la atención de las acusaciones de corrupción contra el gobernante Partido Popular. La Roca (como se la conoce) es administrada por el Reino Unido desde 1704, cuando el almirante George Rooke la conquistó en medio de la Guerra de Sucesión española. El Tratado de Utrecht confirmó la soberanía británica en 1713; España la reclama desde entonces. (DPA-Reuters-Télam)

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