El efecto aceituna
BUENOS AIRES.- La derrota del kirchnerismo en las provincias de Cuyo y del NOA constituyó la gran novedad de las elecciones primarias. Punto más, punto menos, los resultados en los distritos más populosos no representaron una sorpresa, y la mayoría de los encuestadores habían anticipado lo que ocurrió en Capital Federal y en las provincias de Buenos Aires, de Córdoba, de Santa Fe y de Mendoza. Pero, hasta el momento, no apareció ninguno que pueda atribuirse el pronostico de la caída del Frente para la Victoria (FpV) en San Juan, en La Rioja y en Catamarca. En un rápido análisis, no es muy complicado encontrar causas de índole económica en la reciente derrota del oficialismo. El cepo cambiario, la inflación, la extensión de Ganancias a una masa de trabajadores cada vez mayor, la crisis inmobiliaria y la falta de creación de nuevos empleos aparecen en los primeros lugares de la agenda, de los grandes centros urbanos, habría que aclarar.

Si a una consultora se le puede admitir que los costos de una encuesta impiden realizar un muestreo que abarque la geografía nacional, el Gobierno de Cristina Fernández no tiene excusas para exponer: hace más de un año que había evidencias de que la crisis en Cuyo y el Noroeste era más grave de lo que se suponía en los despachos oficiales. Con más precisión, el punto de inflexión fue el 13 de julio de 2012 en La Rioja, cuando una manifestación de 15 cuadras puso de manifiesto la crisis del sector olivícola. Lo saben los ministros de Agricultura, Norberto Yauhar y de Industria, Débora Giorgi, el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, y el subsecretario de Mejora de la Competitividad, Augusto Costa, entrevistados por autoridades políticas y dirigentes empresarios y gremiales de la provincia que se fueron de las audiencias "con las manos vacías". Y debió saberlo la propia Presidenta, si es que se tomó el trabajo de preguntar a sus colaboradores por qué el primer diputado en romper con el bloque del Frente para la Victoria fue el riojano Jorge Yoma.

El ex embajador en México no es un cultor del perfil bajo y se encargó de explicar a cuanta cámara de televisión se le cruzase el contenido de sus conversaciones con los funcionarios del área económica, sin que hasta el momento nadie saliera a desmentirlo. En medio del peligro de quiebra de varias empresas del sector y con miles de puestos de trabajo perdidos o en vías de perderse, la oferta kirchnerista a Yoma fue buscar un comprador de las firmas fallidas a precios convenientes. Literalmente, una de las principales producciones de la provincia a precio de remate.

Un reciente testimonio de ello puede darlo el secretario gremial de la Federación Agraria, Omar Príncipe, quien explicó: "a nosotros no nos llama la atención el resultado. Yo he recorrido provincias como San Juan, Mendoza, Tucumán y Salta, donde el kirchnerismo perdió o ganó con escaso porcentaje y las producciones están en una situación más crítica que en la década del '90".

Un buen observador de la realidad social y política podría comparar la cantidad de desocupados que generó la crisis de las economías regionales con la diferencia de votos entre Compromiso Federal en San Juan, el Frente Cívico y Social en Catamarca y la Fuerza Cívica Riojana respecto del Frente para la Victoria en cada provincia. Quizás el resultado lo convenza de la necesidad de prestar atención a todos los reclamos. Es más conveniente que las ensayadas autocríticas de ocasión. Pero la reacción del oficialismo, tras la derrota en las PASO, fue persistir en el error de no reconocer los problemas. "El ajuste es siempre ajuste y trae más desempleo", exclamó el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, en su primera aparición post-electoral.

En La Cámpora no le fueron en zaga. Llamaron a "profundizar la transformación del país". Y el discurso de la presidenta en Tecnópolis se inscribe en la misma línea, con la Base Marambio como nueva meca militante. Napoleón Bonaparte acuñó una frase que hoy se lee con atención en los bunkers de Sergio Massa y Hermes Binner: "Nunca interrumpas a tu enemigo cuando está cometiendo un error". Pero a no relamerse, que ni el más exitoso de los políticos está a salvo de terminar en la isla de Santa Elena.

Comentarios