09 Julio 2013 Seguir en 
BUENOS AIRES.- La condena de un portero por el crimen de una joven de 19 años, a quien asesinó y luego arrojó a la basura en noviembre de 2007, sorprende por las similitudes que guarda con el caso de Ángeles Rawson.
La víctima era Máxima Ramona Escobar Martínez, una joven paraguaya que vivía en un humilde departamento del barrio porteño de Floresta y que trabajaba como prostituta en un boliche donde la conocían como "Tania". Una tarde la joven desapareció, luego de almorzar con una amiga y decirle que se iba a su departamento a descansar.
La Justicia ordenó la detención del portero de su edificio (ubicado en Bacacay 3862), dos días después. El acusado, Alfredo Daniel Buassi, le había confesado el crimen a su madre y la mujer lo entregó a la Policía. Si bien el cuerpo de "Tania" jamás apareció, la Justicia sostiene que fue arrojado a la basura.
Pese al testimonio de la madre de Buassi y a que se encontraron rastros de sangre compatibles con la víctima en diferentes partes del edificio, el portero fue absuelto en diciembre de 2009 por el Tribunal Oral en lo Criminal N° 30. Pero el caso no terminó ahí, sino que el fiscal de la causa (Martín Niklison) apeló el fallo ante la Cámara de Casación Penal y esta finalmente le dio la razón, en mayo pasado.
Los jueces Juan Carlos Gemignani, Mariano Hernán Borinsky y Gustavo Hornos revocaron la absolución dictada por el TOC 30 y en el mismo fallo condenaron al portero a 13 años de prisión.
La víctima era Máxima Ramona Escobar Martínez, una joven paraguaya que vivía en un humilde departamento del barrio porteño de Floresta y que trabajaba como prostituta en un boliche donde la conocían como "Tania". Una tarde la joven desapareció, luego de almorzar con una amiga y decirle que se iba a su departamento a descansar.
La Justicia ordenó la detención del portero de su edificio (ubicado en Bacacay 3862), dos días después. El acusado, Alfredo Daniel Buassi, le había confesado el crimen a su madre y la mujer lo entregó a la Policía. Si bien el cuerpo de "Tania" jamás apareció, la Justicia sostiene que fue arrojado a la basura.
Pese al testimonio de la madre de Buassi y a que se encontraron rastros de sangre compatibles con la víctima en diferentes partes del edificio, el portero fue absuelto en diciembre de 2009 por el Tribunal Oral en lo Criminal N° 30. Pero el caso no terminó ahí, sino que el fiscal de la causa (Martín Niklison) apeló el fallo ante la Cámara de Casación Penal y esta finalmente le dio la razón, en mayo pasado.
Los jueces Juan Carlos Gemignani, Mariano Hernán Borinsky y Gustavo Hornos revocaron la absolución dictada por el TOC 30 y en el mismo fallo condenaron al portero a 13 años de prisión.
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