La chica que hizo historia

La chica que hizo historia

Al volante de un Subaru Impreza, la catamarqueña fue la primera mujer en ganar una general.

DISTINTAS AFICIONES. A Meliza no solo le gusta acelerar en el rally, sino también modelar. DISTINTAS AFICIONES. A Meliza no solo le gusta acelerar en el rally, sino también modelar.
08 Julio 2013
"Para una flor, un ramo de flores", dijo Ricardo "El Profe" López, animador de cada premiación en el Campeonato Tucumano de Rally. El presentador mostró oficio porque no se achicó ante el episodio que se registró en la cuarta fecha del torneo: la victoria, por primera vez, de una mujer, la catamarqueña Meliza Prevedello, en una general provincial.

En la segunda jornada de la carrera que se disputó en Graneros, "Meli" sacó provecho de todo, de sus virtudes y de las peripecias ajenas. "No me lo esperaba. Pensé que podía salir quinta como ya lo hice en Catamarca", recordó Prevedello lo que pensó cuando viajó hacia Tucumán.

Ni bien terminó el superprime se sucedieron los saludos, las felicitaciones y las fotos. "Cuando era navegante ya me las solicitaban, y como piloto eso se duplicó", comentó. Y ahora que ganó se triplicó. "Me encanta y siempre con simpatía y humildad firmo, me saco fotos... no se lo niego a nadie", dijo con una sonrisa simpática, la misma que porta en la pasarela. Sí, a Meliza también le agrada el modelaje. Delatada por su perfil de Facebook responde a la interrogación de LG Deportiva. "Me gusta desfilar. No me pagan nada, lo hago porque me gusta", comentó.

Puede ser por el modelaje que domina el arte de hablar en público. Segura y sin dudas tomó el micrófono que le cedieron. La ganadora calificó con un 10 el recibimiento que tuvo en Graneros, el lugar donde obtuvo la primera victoria de su carrera.

Al que se lo vio emocionado fue a papá Antonio, también piloto que, sin triunfo, "ligó" podio. "Siempre tuve fe en ella", dice Don Prevedello. Conocedor de la historia tuerca tucumana, se refirió al "guiño" que permitió, en buena parte, que su nena ganara. "Lamento mucho el abandono de los Reginato, acá son palabra mayor", apuntó sobre la deserción de Miguel (p) y Andrés Reginato por fallas mecánicas.

"Así son los fierros: esta vez les tocó a ellos y la próxima nos puede tocar", expuso un axioma de este mundo deportivo. Un mundo que Meliza domina, cada vez más, como una piloto modelo.

Sí, hubo pocos autos inscriptos y, para colmo, terminaron solo 12 de los 21. Sí, los caminos de Graneros son de extrema dificultad, dejan marcas en los autos y en los pilotos. Sí, las críticas van y vienen para la organización del campeonato que no hace oídos sordos y, en silencio, se arremanga y hace realidad, a como dé lugar, cada fecha. Y sí, también pasa alguna buena como el triunfo de la catamarqueña. El hecho fue tan atractivo como histórico y es por eso que José Marzoratti, que recientemente tomó las riendas de la presidencia tuerca tucumana, se entusiasmó con otra eventual incursión de Meliza Prevedello. Es que todo suma para mostrar que, mientras haya gente que trabaja y promueve, es difícil que el rally muera.

Ganarle a un auto superior es seductor para cualquier binomio. A Mauricio Oyola, navegado por Pablo Molina, la idea lo sedujo desde el primer día cuando puso a su VW Gol de la clase N-1 por delante del Subaru Impreza C-3. Y más se debe haber emocionado cuando vio en el primer especial del último día que Miguel (p) y Andrés Reginato estaban en un costado del camino.

Oyola le hizo caso a la tentación de acelerar directo hacia su primer triunfo en una general, pero no pudo. Un error en el especial Paso Buenos Aires-Toro Muerto lo retrasó. "La pancarta estaba mal ubicada y pensé que estaba más adelante y me pasé en el frenaje. Se me paró el auto. Fue el único error que tuve", explicó Oyala que sí fue el más veloz de los autos de tracción simple. Oyola, que fue escoltado por Fabián Scalora y Ernesto Lord, destacó la valentía de la ganadora de la fecha. "Es un auto de mucha potencia, casi el doble de caballos de fuerza del Gol. La vi pasar y la flaca lo acelera mucho", dijo con picardía.

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