El tenis perdió a una luchadora

Una vez le contó a LA GACETA que había aprendido a jugar al tenis con una paleta de frontón, porque acceder a una raqueta no estaba al alcance de todos. Era 1954. "Me inicié con mi padre. Él nos levantaba a las 5 y nos hacía correr por la ruta hasta el río, luego a desayunar y a la escuela", rememoraba Estrella Valenzuela de Molina. De los antiguos courts del Concepción Lawn Tennis saltó a las canchas de todo el país. Épocas -la década del 60- en las que el tenis era una aventura para pocos. Fue una gran jugadora, una luchadora, y por eso su muerte le contagió tristeza al sábado deportivo. Los tucumanos la recordarán siempre.

Durante mucho tiempo representó a River Plate, club que la distinguió cuando Estrella logró la consagración internacional. Fue en el circuito de veteranos, y por partida doble. En 1977, en Suecia, obtuvo el título por equipos, en un grupo en el que figuraba -entre otras- la tucumana Margarita Zavalía Bunge. Y en septiembre de 1981 fue campeona del primer Mundial de Veteranos FIT, en San Pablo (Brasil). Derrotó en la final a la estadounidense Nancy Reed por 6-3, 4-6 y 6-4.

Formó su familia en "La Perla del Sur" y nunca abandonó la pasión por el tenis. Estaba orgullosa de su drive y relataba historias sorprendentes. Por ejemplo, que acrecentaba la potencia pegándole al puching-ball junto a un profesor de boxeo. ¿Qué les pedía a las chicas que querían jugar al tenis: "que en cada ocasional oponente dejen una amiga. Que en la soledad y en el silencio se encuentren consigo mismas, que es lo que fortalece y ayuda en las horas buenas y en las otras".