"Cherrito" dejó una huella imborrable

"Cherrito" dejó una huella imborrable

UN GRANDE. Roberto Juárez fue un cabeceador implacable. UN GRANDE. Roberto Juárez fue un cabeceador implacable.
13 Junio 2013
La familia "santa" está de duelo. A los 90 años, falleció Roberto "Cherrito" Juárez, una de las glorias que San Martín tuvo a través de toda su historia. Quienes lo vieron vestir durante 14 temporadas la camiseta "albirroja", no dudan en afirmar que fue una verdadera máquina de jugar y hacer goles.

"Cherrito" llegó a La Ciudadela en 1938. Tres temporadas después debutó en Primera y fue titular hasta 1955, cuando decidió abandonar el fútbol.

Juárez hizo historia por los goles de cabeza que convirtió a lo largo de su carrera. Por ese motivo, fue bautizado como "Cherrito" en honor al gran Roberto Cherro, aquel goleador de Boca. El delantero no sólo trascendió por sus goles, sino porque siempre fue considerado como un verdadero caballero. Una vez un árbitro convalidó un gol suyo que no había sido. Cuando los rivales le reclamaron al juez, él se arrimó y le dijo que no había sido gol, por lo que el árbitro dio vuelta su fallo. Por esa acción recibió una distinción al finalizar el torneo.

"Fue un padre para jugadores de San Martín durante varias generaciones. Fue un futbolista fuera de serie", comentó alguna vez, un emocionado Juan Carlos Carol, otro grande del fútbol tucumano.

Comentarios