Instrucciones en colores para volverse millonario

Instrucciones en colores para volverse millonario

El artista Sergio Real presenta en el centro cultural Virla una muestra titulada "Cómo conseguir 40 millones de dólares". En ella reúne pinturas, objetos, fotografías y dibujos, y cuestiona algunos valores.

PINTURA. En algunas de sus obras aparecen detalles de la arquitectura. PINTURA. En algunas de sus obras aparecen detalles de la arquitectura.
23 Mayo 2013
Rojos intensos e imágenes contundentes. Así fue la primera etapa de Sergio Real como pintor y le mereció reconocimiento en dos salones. Un caballo sin cabeza, al galope, fue su aporte a la memoria del Exodo Jujeño, con el título "La muchedumbre". Un par de botas militares sobre fondo rojo sangre, en "Nacional de identidad", aludían al genocidio de la dictadura. Ahora, en la muestra que presenta en el Centro Cultural Virla, hasta fin de mes, ha reunido pinturas, objetos, fotografías y dibujos que apuntan a desarrollar una idea que gira en torno de los valores.

"Cómo conseguir 40 millones de dólares", plantea. Interpela al público y le pregunta qué es lo más importante: ¿la ambición de tener o el deseo de ser? Según se lee en el texto que acompaña la muestra, "la necesidad de certezas, de porcentajes, de índices, de resultados, de productividades para poder medir el valor de los hombres contemporáneos nos hace indagar y reflexionar en la idea de nuestra propia esencia y existencia. La industria y lo sensible, el ser y el tener, lo simulado y lo real".

En opinión del artista, hay una serie de metas en la vida que uno trata de conseguir. "Uno va corriendo para intentar llegar lo más rápido posible. Me pregunto qué precio estamos dispuestos a pagar y si de verdad eso vale la pena -reflexionó-. ¿Qué es lo que uno quiere ser? Me pregunto sobre la importancia de tener, de mostrarse, de camuflarse, sobre la manera en que uno invierte su vida en determinadas cosas. Cada uno elige".

Juego
Real sostiene que sus dibujos, donde incluye la impresión de fotos y la escritura de frases, le permiten experimentar algo nuevo, que él considera más abierto al juego, a la ironía, y a la crítica. "A esta combinación de impresiones por computadora y dibujo con lápices de colores la siento muy contemporánea", acotó. Los Rasti, el hombre de traje, los autitos, los retratos, son imágenes que se reiteran en sus distintas series.

En sus nuevas pinturas, trabaja con la planimetría y los colores puros, aunque en algunos casos aparecen las manchas que suele utilizar desde siempre. Hay una fuerte presencia de lo constructivo, de la arquitectura, que es otra de las pasiones del artista.

Egresado de la Facultad de Artes de la UNT, donde fue discípulo de Exequiel Linares, actualmente se desempeña como docente de la carrera de Diseño de Interiores y Equipamiento. "Desde 2005 comencé a meterme de lleno con la pintura -recordó-. Hice obras muy expresivas, con una imagen fuerte. Tuve una etapa donde predominaba el color rojo. Participo constantemente en salones, y en 2010 tuve la suerte de ganar un primer premio en el Salón de Prensa por los Derechos Humanos, que fue un incentivo muy grande para mí. Es importante para un artista que su trabajo sea reconocido. A fines del año pasado tuve una Mención de Honor en el Salón Regional del Exodo Jujeño".

Arte a diario
Sobre la forma en que aborda la tarea artística, Real comentó que trata de avanzar diariamente en sus proyectos y que esa rutina cotidiana hace que surjan más ideas. "Aunque uno tenga otra actividad laboral, es importante dedicarle tiempo y trabajo al arte. Si es posible, todos los días -recomendó-. Porque esa es la manera de ir encontrando nuevas ideas y elementos, de una manera más rápida".

En la parte fotográfica de la muestra, Real ofrece una serie de imágenes de los Talleres de Tafí Viejo. "En las décadas de 1940 y 1950 fueron el polo industrial ferroviario más grande de Sudamérica, y hoy es un lugar abandonado, desmantelado. Es la imagen de un proceso nacional que ha devastado la industria del país. He recorrido los talleres, saqué muchas fotos, y el lugar me pareció muy impactante, porque es la imagen de una grandeza que se ha convertido en una cosa muerta, que genera un poco de angustia -opinó-. Veo ese lugar como una posibilidad que no ha sido aprovechada. Yo soy hijo de ferroviario. Mi viejo trabajaba en ese taller y me contaba, desde chico, muchas cosas. Es un lugar que era recurrente para mí, yo ya lo venía pensando, y apareció a través de la fotografía. Creo que es el mejor medio para mostrar este tipo de cosas. Ese sentimiento de haber sido y ya no ser".

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