Tres horas de fiesta o 25 canciones de rocanrol

Con las comisuras de los labios violetas por el vino (algunos) o con la voz reseca de tanto cantar (otros), unos 30 fans aguardaban -en la vereda y bajo la sombra- a que la siesta terminara. El tramo de la avenida Colón al 400 no había despertado aún y pocos vehículos transitaban por ahí. A las 17, Los Gardelitos empezaron a hacer la prueba de sonido en el Club Sportivo Floresta y los 30 que desde temprano se habían instalado en las inmediaciones no podían creer cuánta suerte tenían. Los dejaron pasar para que presenciaran el ensayo técnico, que se extendió durante una hora y minutos, y que terminó con un par de temas en vivo.

Después, cuando los músicos abandonaron el escenario, por la cancha sobrevolaron algunos temas de los Beatles, entre otras bandas de todos las épocas y nacionalidades. Ese no fue el concierto, aunque duró lo suficiente para ser considerado como tal.

La "segunda prueba de sonido" -o "prueba de fuego", si se quiere- empezó a las 22.30 con "Puño y letra", nueva canción de Los Gardelitos. En ese momento ya había en el estadio unas 1.100 personas dispuestas a darle la bienvenida por sexta vez al grupo porteño. Eli Suárez (voz y guitarra), Diego Rodríguez (bajo y coros) y Paulo Bellagamba (batería) hicieron 25 temas.

El show terminó a las 1.30 (hubo un intervalo de 15 minutos). "Tucumán necesitaba un buen recital de rocanrol. La banda apoyó al grupo Callejeros bajo el lema de que 'la música no mata'", contó Exequiel Soraire, de la banda Del Palo, de Aguilares.