Entre el sol y la montaña

Entre el sol y la montaña

LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL
31 Marzo 2013
- Entrada lenta y caótica.- La impecable puesta en escena sólo tuvo un traspié importante: la entrada de vehículos al predio. No sólo fue lenta, sino también caótica. Y es que unos pocos integrantes de la comunidad aborigen que detenían los autos para cobrar el estacionamiento, no daban a basto para atender el caudal de vehículos. La cola alcanzó más de tres kilómetros.

- Un anfiteatro natural.- Los que llegaron temprano consiguieron lugares privilegiados, ubicados cerca del campo donde se desarrollaron las principales escenas. Pero, hubo muchos que prefirieron ubicarse en la ladera del cerro El Pelado. Desde allí tenían una vista imponente del escenario. Hubo incluso algunos que subieron hasta la mitad de la ladera con sus caballos.

- Una logística aceitada.- Para el éxito de la obra fue clave la logística. Y es que el elenco debía representar la misma puesta, a las 20, en el parque 9 de Julio. De manera que, una vez concluida la obra los artistas debían apurarse para bajar a la ciudad en tiempo récord. Según Carlos Kanan, se implementó la misma logística que en el Dakar. Es decir, se detuvo la salida del público para permitir la circulación rápida de los artistas.

- El Papa, presente.- El Papa Francisco también estuvo presente en la puesta. Muchos le rindieron homenaje con pancartas con su imagen.

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