La agitada vida de una arquitecta que dejó su sello en Tucumán

La agitada vida de una arquitecta que dejó su sello en Tucumán

Sus primeros viajes por Europa y África, más los cuatro años que pasó en Cuba, fueron decisivos para moldear su visión de la sociedad y concebir a la arquitectura como una producción social. Profesional exigente, docente generosa y una mujer incansable, sus diseños responden a los postulados del racionalismo: niegan el ornamento, siguen líneas simples y geométricas y juegan con el volumen.

 CASA GRODEK. Santa Fe al 500. LA GACETA / FOTOS DE INéS QUINTEROS ORIO  CASA GRODEK. Santa Fe al 500. LA GACETA / FOTOS DE INéS QUINTEROS ORIO
08 Marzo 2013

Sus obras trascienden los límites de la provincia. Blanca Saad, más conocida como "Chula", es recordada como una profesional generosa en sus enseñanzas, práctica en sus diseños, con un exquisito sentido de la estética y comprometida con sus ideales socialistas.

Después de recibirse como arquitecta en 1953 integró el equipo de trabajo del arquitecto Jorge Vivanco, y desplegaron varias obras para Tucumán y Jujuy. En 1961, tras viajar por Europa y por África, fue convocada por el Ministerio de Obras Públicas de la naciente revolución cubana. Trabajó -junto a otros arquitectos tucumanos- en la isla hasta 1965. "Durante su estadía proyectó y dirigió escuelas primarias, jardines de infantes, escuelas secundarias, auditoriums y aulas para la Facultad de Medicina de La Habana, y viviendas tipo para cooperativas agrícolas", según reseña el libro "Cuba, la arquitectura de la revolución". Además, su investigación sobre institutos agrícola-ganaderos fue clave para confeccionar el programa de la Facultad de Agricultura y Ganadería de la Universidad de La Habana.

Su casa
"Recuerdo ir a la casa de mi tía, sentarme al lado de ella en el tablero y dibujar cualquier cosa mientras ella trabajaba. Tenía unos siete años, después me cargaba en su auto y me llevaba a las obras", comenta Gustavo Napadensky, sobrino de "Chula". Ella definió su vocación. Era una casa blanca que estaba repleta de adornos y libros. Gustavo recuerda que allí escuchó a los Beatles por primera vez y que siempre llegaba gente. De las paredes colgaban reproducciones de Warhol y de sus amigos artistas. Hervía el pop art y "Chula" decoraba con enormes flores que ella misma fabricaba. "Era rigurosa y exigente a la hora del trabajo. Además tenía un gusto espectacular. Mis primeros 10 años los hice junto a ella", cuenta Napadensky. Ella era ávida lectora, capaz a de leer un libro por noche. Amaba la literatura latinoamericana y contaba con una biblioteca de más de 5.000 volúmenes.

Su paso por Cuba y sus ideales la obligaron a exiliarse luego del golpe militar. Vivió un tiempo en Buenos Aires y otro en España. "Decidió irse antes de que la mataran. La triple A ya le había puesto una bomba en su casa", cuenta Napadensky. Su lápiz también tuvo que silenciarse por un tiempo.

Con la vuelta a la democracia retomó su actividad docente en la Facultad de Arquitectura y se volcó de lleno a la actividad privada. En esos últimos años proyectó varias viviendas y locales que siguen en pie.

La casa Lisiak y la casa Grodek son proyectos que realizó luego de su regreso de Cuba. Igual que el sector de comedor de la confitería del lago, en el parque 9 de Julio. En esa época también abrió, junto con el arquitecto Pedro Prioris, la casa "Atelier" con objetos de decoración y equipamiento para casas y oficinas. Fue casi una pionera en este rubro y contaba con un stock de lo más interesante: Herman Miller, Brauer, Le Corbusier, Eames, según señala la revista Arquiplus (2000).

La profesional
En 1971 el Estado la convocó como directora de la Oficina Técnica para el Área Metropolitana (OTAM). El ambicioso objetivo era diseñar y proyectar el crecimiento del gran San Miguel de Tucumán. Allí se discutieron temas urbanísticos para los siguientes 40 años: la remodelación ferrourbanística, al plan de vialidad sud, el Mercofrut, el aeropuerto internacional, el sistema de desagües pluviales. Temas que sobre el Bicentenario todavía no tienen solución.

"La continuidad de la OTAM hubiera significado, probablemente, un mejor desarrollo urbano de este conglomerado metropolitano", opinó en un artículo la arquitecta Beatriz Giobellina, del Laboratorio de Investigaciones para la Gestión del Hábitat y el Medio Ambiente (Ligham-FAU).

Entre 1985 y1986, "Chula" fue vicepresidenta de la sociedad de arquitectos. En una publicación especial de la revista del Colegio de Arquitectos, su colega Cristina Billone la recuerda como una profesional capaz de dar soluciones rápidas ante los imprevistos. Sus obras no tenían ornamento superfluo, en una escala espacial armoniosa con una planta funcional clara, sencilla y con la proporción justa. Todo sumado a una calidad superior en la ejecución. Ese fue el sello de "Chula".


"CHULA" (1927-1999)

Su pensamiento
Durante el estallido del golpe militar y su obligado exilio se agudiza su mirada crítica sobre la sociedad. En 1983, en vísperas de la vuelta a la democracia, graba unos cassettes que exponen su pensamiento sobre Tucumán. Habla de "las clases postergadas desde hace 150 años que irrumpen con bombos y sus cánticos". Menciona las "marchas por los desaparecidos en la plaza Independencia contra la ley de anmistía" y "la gente amiga con familiares desaparecidos". Habla de aquella "juventud entusiasmada (que ya no está), con ganas de expresar un mundo nuevo que los más grandes apoyábamos y del que queríamos participar". Menciona a toda la generación que en esos tiempos rondaba los 30 años y que se fue o está desaparecida. Y le habla a alguien: "a uno le da bronca que quienes realmente tendrían que actuar no estén acá o que vuelvan con una mentalidad equivocada". (Fuente: revista Arquiplus, año 2000). 

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CASA LISIAK

San Lorenzo 54
Esta vivienda, construida en 1972, se inscribe en la corriente modernista. Se desarrolla con plantas limpias y pocos elementos estructurales, como el volumen curvo de la escalera y el gran balcón trabajado con iggam blanco. Con carpintería corrediza.

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CASA GRODEK

Santa Fe al 500
En la fachada sobresalen la piedra Mar del Plata y un balcón de madera que toma los dos pisos. Está proyectada en tres niveles: subsuelo para cocheras y servicio, primer piso donde están la sala de estar, comedor y cocina, y el piso superior con los dormitorios.

GALERIA JUNÍN

Luz natural y recovas enfrentadas
La idea generadora consiste en una secuencia de recovas enfrentadas que se alternan con patios que inician en Junín y terminan en el gran espacio de la galería Mendoza. La doble recova nace con la intención de trabajar los depósitos de planta alta como cajas ciegas. La luz natural llega por el volumen de hierro y vidrio en el techo.






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